Daños irreversibles al medio ambiente

Canarias7

En este año se están sucediendo acontecimientos en torno a la minería submarina que producen un aumento de atención sobre esta cuestión. Con independencia de la información u opinión que se tenga al respecto, lo que no hay duda es la trascendencia que tendrán para el medio marino las decisiones que se tomen, tanto por la enorme dimensión que puede ser afectada, como por ser contenedor y soporte de gran número de especies y ecosistemas, muchos de los cuales aún son desconocidos.

El primero de estos acontecimientos (por proximidad y particularidad), se produce como consecuencia de la incorporación de España al grupo de 36 miembros que forman el órgano de gobierno de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA abreviatura de su denominación en inglés), organización internacional de las naciones unidas que integra 167 estados más la Unión Europea y que tiene encomendada la labor de gestionar de la mejor forma posible para el conjunto de la humanidad los recursos minerales explotables en los océanos, incluyendo a los ciudadanos de los estados que no tienen costa o acceso de ninguna clase al mar.

El segundo acontecimiento se deriva de la última reunión de la ISA que además de no avanzar sustancialmente en sus objetivos, se ha planteado un problema de “gestión” de enorme trascendencia: NAURU, pequeño estado del Pacífico presentó el 9 de julio de 2021 una propuesta para comenzar la explotación de los recursos marinos en su entorno oceánico. Un deseo aparentemente realizable (a pesar de que este estado es más pequeño que la isla de La Graciosa), dado que la explotación estaría ejecutada por un grupo de empresas liderado por la canadiense The Metals Company.

La cuestión determinante es que si no se muestra la insuficiencia de su efecto o no se consigue una mayoría de bloqueo suficiente y eficiente, una norma específica de la ISA (conocida por la “regla de los dos años”) puede ser “el agujero reglamentario” que ampararía al estado de NAURU a presentar una solicitud de explotación “inmediata”, a pesar de que la ISA no ha terminado de desarrollar el Código de Minería que sigue su proceso de difícil elaboración ya que los trabajos técnicos de su desarrollo son el escenario donde se enfrentan las dos posturas irreconciliables sobre el tema:

Los defensores de la iniciativa de explotación se apoyan en que la extracción se hará en beneficio económico directo de toda la humanidad. Principio en el que se basa y desarrolla la existencia y trabajo de la propia ISA junto al argumento de: la necesidad imprescindible que tienen los materiales a explotar para el desarrollo global y en particular para la extensión de las Energías Renovables EERR, añadiendo circunstancias amenazantes absolutamente particulares, como que más del 90% de algunos de los recursos explotables en el medio marino, imprescindibles para el desarrollo de las EERR en tierra están concentrados “solo” en China.

En contra, la posición se basa de forma simplificada, en los daños que se pueden producir en las zonas profundas del medio marino en general, muchos de las cuales aún desconocidos (por lo que los daños ambientales pueden ser irreversibles), añadiendo que según su criterio los minerales explotables no son imprescindibles para atender las necesidades de la humanidad en general y para el desarrollo de las EERR en particular.

Frente a la radicalidad de ambas posiciones, en este caso (como en la mayor parte de muchas situaciones semejantes), aparece siempre la propuesta de compromiso: “se trata de no iniciar la explotación hasta que no se tenga el conocimiento suficiente del medio marino y se puedan evaluar los impactos y asegurar que sean aceptables” para lo cual es necesario que se produzcan los avances científico-tecnológicos que lo hagan posible. Este tipo de propuestas en general parecen muy razonables y aparentemente muy conciliadoras y equilibradas, pero en este caso (como en muchos otros similares) no lo son: el   coste real de los trabajos científicos y técnicos necesarios son realmente imposibles de que se hagan disponibles en el tiempo necesario, lo que en la práctica es la prohibición de la actividad.

Este es un ejemplo más del dilema crítico para la humanidad y el planeta que en general se soslaya: responder a la cuestión de si los recursos renovables y no renovables del planeta son/serán suficientes para dar satisfacción a las necesidades de una población que continuará creciendo (no se sabe por cuánto tiempo), a la mejora necesaria de las condiciones de vida de una gran parte de esa población y si atender ambas necesidades será posible conservando el medio ambiente planetario en condiciones aceptables.

La irreversibilidad ambiental posible en cualquier actividad apoyada en el Principio Fundamental de Precaución parece conducir a la frustración de muchas iniciativas de todo tipo, alguna de las cuales han de ser necesarias para el futuro colectivo.

Es importante incorporar a los análisis previos (para obtener las garantías suficientes), la relevancia (tomando las precauciones posibles y necesarias) que también debe tener la capacidad de evaluar y corregir efectos ambientales imprevistos, como ya se ha demostrado.

Dos ejemplos:

El agujero de ozono desde su descubrimiento fue seguido anualmente con gran detalle. Las imágenes de satélite tenían una capacidad de visibilidad del fenómeno muy mediática, constituyéndose en una amenaza continúa global de consecuencias dramáticas y probablemente irreversibles. El trabajo técnico y los acuerdos internacionales amplios condujeron al tratado que ha puesto en marcha el proceso de su control, que ya ha dado datos contrastados de su corrección previsible.

La pesca es un ejemplo más próximo de gestión de actividad económica en el mar con impacto ambiental. Ya se ha conseguido que en torno al 80% de las pesquerías en explotación estén realizándose de forma medioambientalmente sostenible, teniendo en cuenta que la rectificación se emprendió desde situaciones ambientales límites y no se planificó ni ejecutó con la previsión inicial imprescindible.

La cantidad de procesos con impacto ambiental negativo que se vienen gestionando de forma satisfactoria en los últimos años (como los señalados en los dos ejemplos anteriores) crece de forma continuada, aunque la “lista completa” es poco conocida y difícil de establecer ya que reciben muy poca atención mediática. La experiencia alcanzada en tales procesos de atendimiento revela que la principal limitación para evitar los “daños ambientales irreversibles” es la limitación de recursos.

Las necesidades de la humanidad que se han de satisfacer en el futuro previsible requieren una acción múltiple de reducción, reúso y adición de nuevos recursos, que incorporaran la exploración de procesos y procedimientos que implicaran peligros ambientales conocidos y desconocidos, pero que deberán ser analizados junto con los mecanismos de rectificación suficientes, incluyendo la supresión cuando resulte necesario.

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