Nueve países europeos (Noruega, Reino Unido y siete de la Unión: Dinamarca, Países Bajos, Irlanda, Bélgica, Francia, Luxemburgo y Alemania), a partir de los 175.000 km de costa que su conjunto representa (excepto Luxemburgo que no tiene), han acordado constituir la “Coalición del Mar del Norte”. Conceptualmente ha de entenderse como una declaración de apoyo a la importancia del desarrollo de la Energía Eólica y en este caso, particularmente a la Eólica Marina con el objetivo de que se constituya en pieza clave para alcanzar la neutralidad climática en 2050.
La Agrupación se presentó el 24 de abril con la presencia de los primeros ministros o presidentes de los Gobiernos de Noruega, Alemania, Dinamarca, Francia, Luxemburgo y de la presidenta de la Comisión Europea (lo que señala la importancia que se le da a esta iniciativa), constituyéndose en torno al grupo inicial formado por Bélgica, Dinamarca, Alemania, Países Bajos y Luxemburgo. El objetivo es instalar en el mar “al menos” 120.000 o 134.000MW de eólica (diferentes fuentes) en 2030 y alcanzar no menos de 300.000MW en 2050, como dato de referencia: atender las necesidades de 120-300 millones de hogares europeos respectivamente. La dimensión del reto se evidencia si se compara con la situación de partida en estos momentos: 14GW en Reino Unido. 8 en Alemania, 2/3 en Países Bajos, Dinamarca y Bélgica (lo que hace en conjunto 30GW). Se trata por tanto de multiplicar por 10 el parque instalado en la actualidad
La magnitud del desafío industrial y de inversión necesario es enorme. Considerando un tamaño medio de las turbinas de captación de 15MW harán falta 20,000 unidades (de instalación tanto fija como flotante), que deberán conectarse a una red eléctrica de miles de kilómetros de cable, que habrán de ser tendidos y conectados con sus centrales y estructuras de gestión… Si además se añade que en el grupo se incluyen dos países no comunitarios, hay que añadir como dificultad objetiva (a las técnicas y económicas), el acuerdo jurídico-administrativo de gran complejidad necesario para constituir y hacer funcionar este gigantesco sistema.
Toda esta tarea común para crear (probablemente), la estructura energética marina más grande y compleja que se hubiera pensado hasta ahora, se ha de hacer a partir de realidades que son los Planes y Estrategias nacionales propios con situaciones de partida y de desarrollo muy distintos. Se constata continuadamente desde los primeros anuncios de las iniciativas como se constituyen e incorporan agrupaciones empresariales, inversores, organismos públicos… tanto de los países implicados directamente como empresas de otros países no miembros (entre las que ya se encuentran españolas relevantes), que evidencian e impulsan la certeza de su desarrollo.
Todo lo dicho desde la visión de la realidad nacional española parece ciencia ficción si tenemos en cuenta la realidad objetiva: No hay ningún MW marino en producción (más allá de los 5MW experimentales instalados en Gran Canaria). El modesto reto nacional de alcanzar el objetivo de 3GW en 2030, que prácticamente será imposible, dada la situación previsible derivada de que: no existe marco regulatorio específico que haga posible los concursos de adjudicación necesarios para arrancar el proceso, o que el paso más esperanzador producido hasta hoy que es la publicación de los POEM haya suscitado una amplia contestación, la cual no está siendo atendida, gestionada, de la mejor manera (la señora ministra ha sido “forzada” a responder en el Parlamento Nacional, el próximo miércoles en principio, a los grupos políticos BNG y CUP que por los antecedentes no parecen tengan ningún interés, intención positiva o de impulso para el desarrollo de la Eólica Marina). Todo lo cual soporta la duda razonable de alcanzar el objetivo nacional a pesar de su modestia.
La situación en Canarias parece ser un poco mejor que en el resto del país, ya que al menos en Gran Canaria hay un grado de acuerdo institucional razonable entre el Estado, la Comunidad Autónoma y el Cabildo por la atribución a Gran Canaria de un papel de “demostrador” apoyado en la singularidad del desarrollo del sistema de almacenamiento hidráulico y soporte de gestión a la red en desarrollo (Chira). Aunque en el resto de las islas, con planificación incluida en el POEM, ha habido posiciones poco favorables que quedan aplazadas de momento esperando al avance eventual del proceso en Gran Canaria.
Estar en la mejor situación prevista en el país por hacer el primer parque eólico flotante, es bueno objetivamente y una oportunidad para definir una Estrategia Especifica o Básica del Archipiélago, con el objetivo obvio y general de sustituir la producción eléctrica a partir de combustibles fósiles para eliminar la emisión de Gases de Efecto Invernadero GEI, con la consiguiente disminución del coste de producción (hasta alcanzar la supresión del diferencial entre el precio pagado por la producción y cobrado a los consumidores en Canarias), así como la autonomía energética del Archipiélago.
A estos elementos básicos, la Estrategia Canaria debería añadir objetivos específicos y propios que permitan aprovechar la gran oportunidad que el cambio tecnológico ofrece:
De la mayor importancia es resolver lo antes posible el suministro de combustibles no productores de GEI para el transporte aéreo y marítimo, ya que con independencia de que se consiga algún tipo de moratoria temporal, si no se resuelve bien producirá un encarecimiento de la vida y de Canarias como destino turístico.
La Estrategia debe incluir como elemento central la interconexión eléctrica (con cable submarino), de todas las islas que sea posible y conveniente energéticamente, en este momento parece más razonable conseguir la mayor autosuficiencia posible del Hierro y La Palma y aprovechar ésta interconexión para planificar de forma similar a como se está haciendo en el Mar del Norte, es decir, situar las instalaciones de Parques de Producción en el contexto de la red marina con un enfoque de “Islas energéticas” con la mayor integración y dimensión posible. En Canarias el entorno internacional no parece ni favorable ni posible (como existe en el Mar del Norte) para un sistema de mayor alcance, obligando a que la Estrategia necesaria sea exclusivamente propia del Archipiélago.
La Estrategia de producción eléctrica en Canarias, tiene la posibilidad, conveniencia y necesidad de convertirse en estrategia industrial y socioeconómica de importancia. La disponibilidad de recursos renovables: eólico, solar, undimotriz… en calidad y cantidad de los mejores que se pueden encontrar en cualquier lugar del mundo permitirán, sí se diseña adecuadamente, la creación de nuevos sectores económicos que produzcan el incremento del PIB regional, impulsar el empleo de mayor calidad y mejor retribución, así como la disminución del desempleo que debe hacer posible alcanzar, al menos, valores medios europeos.