El jueves de la pasada semana se convocó y celebró una presentación participativa (seminario en red, en terminología actual un webinar) sobre las Regiones Ultraperiféricas Europeas RUPs, convocado por la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca de la Unión Europea. La presentación se organizó en dos bloques, el primero dedicado a la Estrategia de desarrollo de la Economía azul en las Regiones Ultraperiféricas y el segundo dedicado a la ayuda de la Unión Europea para la recuperación de la crisis del Covid-19 en las RUPS.
Antes de entrar en la referencia sobre la Economía Azul qué es el enfoque central de este comentario, es necesario hacer algunas consideraciones de contexto. El Estatus de Región Ultraperiférica de Canarias en la Unión Europea es poco conocido por la población, que también ignora en general las repercusiones positivas y múltiples beneficios que tiene para la población en Canarias (igual que en cada una de las otras regiones) y lo que es sin duda una limitación mayor, se ignora el enorme potencial que se deriva de este Estatus para mejorar la vida de los ciudadanos.
La limitada presencia de asistentes de Canarias y el resto de España en el webinar (a pesar de que la convocatoria fue dirigida a los participantes potenciales de forma nominal) y que el encuentro se desarrollará en francés, viene a señalar, una vez más, el desequilibrio permanente en la gestión y organización del Estatus de las RUPs en Europa, consecuencia del mayor interés y proactividad de Francia y sus regiones.
En la situación actual, seran pocos todos los esfuerzos que se hagan para mejorar el conocimiento en la población y para realizar el mejor aprovechamiento de los recursos y ventajas que el ser RUP da a Canarias. Sin duda el Estatus debe ser conservado y potenciado, lo que será más difícil y limitado si solo se basa en su gestión y promoción burocrática.
La primera parte del seminario dedicado a apoyar el desarrollo de la Economía Azul en las RUPs se basó en un documento denominado «Ayuda metodológica a las Regiones Ultraperiféricas para apoyar sus esfuerzos para desarrollar estrategias de Economía Azul” realizado por EY para la Comisión Europea (el documento se distribuyó en cuatro idiomas, dándose la circunstancia que las versiones en las lenguas de los países y territorios implicados, francés, español y portugués están traducidas instrumentalmente, lo que podría haberse mejorado muy fácilmente, ayudando en tiempo de pandemia al teletrabajo de algunos traductores).
Del análisis se desprende, por un lado el claro potencial que la Economía Azul tiene para las RUPs (todas son islas menos la Guayana Francesa, que algunos describen como una isla rodeada de mar y selva) y por otro, el distinto nivel de desarrollo que tiene la Economía Azul en cada una de ellas en la actualidad y también en la situación muy distinta de elaboración y desarrollo de las estrategias para su mejor aprovechamiento.
El documento en una de sus tablas, da información general qué aporta datos sencillos que están en la base del Crecimiento Azul y que con frecuencia pueden pasar desapercibidos. La suma de territorios de todas las RUPs es 99.796 km2, y la de las Zonas Económicas Exclusivas ZEE, que se generan a partir de estos territorios en la actualidad, es 21646.762 km2 (más de 5 veces el territorio de España, que probablemente tendrá algún aumento como consecuencia de las solicitudes de extensión presentadas a la ONU en el marco de lo previsto en la Ley del Mar) estableciendo la presencia de la Unión Europea en los océanos Indico y Atlántico, en una proyección, ubicación y extensión únicas.
Si consideramos la relación de la población en ambos espacios (sin considerar la Guayana Francesa por sus características diferenciales) se observa que hay una densidad de población media de 283 habitantes/kilómetro2 en tierra y de 1,8 habitantes/kilómetro2 en la Zona Económica Exclusiva. La potencialidad de la situación es evidente, la certeza por la que sabemos que en el espacio marino se van a desarrollar actividades económicas de valor, para satisfacer necesidades de la sociedad mundial actual y futura, señala que, aun con que una parte porcentual limitada de ese desarrollo se produzca en las ZEE en torno a las RUPs, será una gran oportunidad focalizar esfuerzos y especialización para radicar sus beneficios en los territorios ligados directamente con los espacios marinos donde se desarrollaran los aprovechamientos y usos. Es necesario reiterar que sin duda, la capacidad y la determinación individual y social serán las que terminaran fijando dónde se establecerán el crecimiento y el empleo, no deberíamos olvidar que la media salarial anual en el sector de la Economía Azul es más de 7.000 € superior a la media salarial en Canarias (datos de 2018).
La coincidencia general de este estudio con otros referidos al Crecimiento Azul en todos los ámbitos territoriales y la aceleración constante de las actividades y tomas de posición, en el contexto internacional, tratando de mejorar las posiciones respectivas, viene a señalar que ya existe información suficiente para la toma de decisiones (por mas que siempre será necesario mantener el análisis sobre la evolución del desarrollo del Crecimiento Azul para responder a los cambios que sin duda se irán produciendo, dada su magnitud, complejidad y globalidad).
No estamos en una fase preparatoria o previa del proceso que conduce al inicio del Crecimiento Azul, la actividad esta lanzada en el ámbito internacional y se desarrolla de forma acelerada, por tanto son críticos:
Evitar el peligro de prolongar de forma continuada la reflexión y el análisis por temor a las consecuencias de las acciones y medidas que se tomen, la información disponible es suficiente y el riesgo es inevitable.
Aprovechar el escenario de esfuerzo, que la salida de la pandemia del CV19 requiere.
Evitar el peligro y aprovechar la oportunidad señalada, debe ayudar a impulsar la diversificación y crecimiento y económico de Canarias, claramente necesarios antes de la pandemia y ahora imprescindible para tratar de salir de ella de la mejor forma posible.
