La Comisión Europea, el pasado lunes 17 de mayo, ha hecho la presentación de su Comunicación (2021) 240 con la finalidad señalada en el título: “Transformar la Economía Azul de la Unión Europea para un futuro sostenible”. Los promotores de esta Comunicación han hecho un ejercicio rápido y consistente para alinear y encajar los objetivos y estrategias propias del desarrollo de la Economía Azul en las grandes estrategias de la Unión.
El Pacto Verde, que plantea transformar la economía europea para «convertirla en una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva, en la que se eliminen gradualmente las emisiones netas de gases de efecto invernadero y se proteja el capital natural de la Unión” y el Plan de Recuperación para Europa, que se propone «impulsar la transición verde y digital para hacer que la economía europea sea más justa, más resistente y más sostenible para las generaciones futuras». Remarcando esta Directiva que si la Economía Azul europea se coloca en el camino aún más sostenible que esta directiva plantea, «se convertirá en una fuente de acción e ideas que crearán innovación, estimularán una recuperación rápida y duradera y protegerán nuestro planeta».
En esta introducción, la Comisión para una comprensión más popular, señala algunas referencias: Si la Economía Azul global se compara con una economía nacional, se situaría como la séptima economía mundial, el océano como entidad económica sería miembro del G7, es el ecosistema más grande del mundo, contiene el 97% del agua del planeta y el 80% de todas las formas de vida.
Cómo es inherente a la Estrategia Europea de Economía azul (Crecimiento Azul en nuestro enfoque habitual), inmediatamente expone que el planteamiento de esta Economía Azul, se hace desde la conciencia clara qué:
“Estas y otras actividades económicas tienen un impacto acumulativo en el medio marino, desde la contaminación visible como la basura plástica y los derrames de petróleo hasta la contaminación invisible como los microplásticos, el ruido subacuático, los productos químicos y los nutrientes. Los efectos del cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero son devastadores en nuestros océanos, costas y personas que viven en esas áreas, van desde cambios en la temperatura del agua hasta la acidificación, el aumento del nivel del mar, las inundaciones y la erosión más frecuentes e intensas. Junto con la principal amenaza que representa la pérdida de biodiversidad, impulsada por el cambio climático, la contaminación, la sobreexplotación de los recursos y la destrucción de hábitats naturales, estos impactos desafiarán la resiliencia de la Economía Azul y la Sociedad en su conjunto”.
En consecuencia, viene a reiterar una vez más que el aprovechamiento imprescindible del océano para la humanidad es una oportunidad económica para Europa que ha de hacerse a la vez que se preserva y recupera, principalmente desde sus islas y regiones costeras, objetivos que a su vez generan valor y empleo, en definitiva, como se plantea en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible «sin océanos sostenibles, la vida en el planeta está en riesgo y sin los recursos del océano las sociedades humanas de todo el planeta pierden la capacidad de sustentarse”.
Es como hemos señalado en ocasiones anteriores la sostenibilidad y el aprovechamiento del océano, «no pueden” ser conceptos opuestos, tienen que ser abordados cómo la misma cuestión. Como la Comisión viene argumentando de forma continuada, se ha de preservar, recuperar y usar en todas sus potencialidades, como un único problema por su necesidad y como una oportunidad de actividad socioeconómica equilibrada en todos sus aspectos.
El ejercicio de planificación de esta Directiva alcanza prácticamente a todos ellos identificados en el concepto de Economía Azul qué de forma e intensidad distinta hemos venido señalando en estos comentarios. Lo hace en 14 epígrafes estructurados en cuatro grandes bloques qué denomina: 1. Haciendo la transición del Crecimiento Azul a una Economía Azul sostenible, 2. Transformando la cadena de valor de la Economía Azul, 3. Apoyando una Economía Azul sostenible y 4. Creando las condiciones para una gobernanza sostenible.
No debería ser necesario añadir argumentación adicional para señalar como las islas están concernidas directa y profundamente por este documento, pero es que esta directiva recoge explícitamente en este contexto de Economía Azul la referencia al Pacto Verde Europeo, dónde se establece el compromiso de la Unión Europea a «prestar atención al papel de las Regiones Ultraperiféricas (Canarias es una de las 9) de la Unión Europea, conscientes de su vulnerabilidad al cambio climático, a los desastres naturales y sus activos únicos de biodiversidad y fuentes de energías renovables”.
Además en este caso y de forma aún más explícita, señala el apoyo al desarrollo de «sus propias estrategias de Economía Azul” lo cual es una oportunidad «única” ya que la Comisión reconoce como objetivo propio, apoyar el desarrollo de una estrategia pensada, diseñada y adaptada a las necesidades de Canarias y esto está recogido en un documento estratégico europeo de primer nivel, al inicio de un periodo de financiación ordinario 2021/2027(+2), coincidente en los primeros años con el Plan de Recuperación.
Cómo ha ocurrido en muchas ocasiones, las oportunidades Europeas (con independencia de su importancia y magnitud), pueden «escaparse» o aprovecharse mínimamente, que esto ocurra o no, depende de la determinación de la Administración Regional para liderar e impulsar sus elementos y departamentos funcionales, para hacer que se produzca un encuentro eficiente con la sociedad civil general, empresarial, interesada y activa en el espacio particular de la Economía Azul.
El repaso histórico dice claramente que no es fácil gestionar la complejidad de tres niveles administrativos (muchas veces distantes, de ahí las oportunidades perdidas), pero también sirve para encontrar las razones y poder evitar cometer los mismos errores.
En positivo en esta ocasión, afortunadamente el Gobierno Canario dispone del documento de la Estrategia, prácticamente terminado, contrastado y ampliamente discutido, sobre el cual puede construir el conjunto de acciones que deben permitir estimular y movilizar a la Comisión Europea a cumplir con su propio compromiso, lo que debe concretarse en decisiones y fondos específicos para su desarrollo. Sean cuales sean las razones que han venido retrasando el lanzamiento de la Estrategia Azul de Canarias deben ser resueltas/obviadas dada la dimensión de la oportunidad.