Acuicultura 2023

Canarias7

Como es habitual cada año, APROMAR (Asociación empresarial de la agricultura española), ha publicado el13 de septiembre su informe de la Acuicultura Nacional, referenciada al contexto europeo y mundial, que permite una visión clara de la situación.

Siguiendo su procedimiento de elaboración, utiliza la información básica de las organizaciones de referencia: Comisión Europea; Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación (MAPA); Federación Europea de Productores de Acuicultura (FEAP) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), recogiendo en cada caso los datos más actualizados (según la fuente, en este informe 2021-2022-2023), atendiendo a la necesidad de los apartados correspondientes.

Resumiendo, las grandes cifras que permiten una visión más amplia de la situación se pueden detallar en:

La producción mundial de la pesca y la acuicultura en 2021 alcanzó los 218,4 millones de toneladas (Mdt), lo que supuso un 2% más que el año anterior. La acuicultura aporta al mercado 126 Mdt, un 2,7% más que el año anterior, superando (como es ya habitual de forma continuada, desde los últimos 9 años), a la pesca. La diferencia a favor de la acuicultura es de 33,7Mdt y en particular la acuicultura de peces ha crecido el 4,2% en los últimos 10 años.

La producción acuícola ha crecido a un ritmo anual del 2,55%, más del doble de la tasa de crecimiento de la población mundial, que ha sido del 1% para el mismo periodo, según los datos del Banco Mundial.

En este contexto internacional, la Unión Europea (27) tuvo una producción de 4,9 Mdt de producción acuática (pesca + acuicultura), un 4,5% menor que en 2020, alineándose con la situación de los cuatro últimos años en que la producción ha descendido a un ritmo promedio del 5,4%, como consecuencia directa de la disminución de la pesca, mientras que la acuicultura mantiene un ritmo muy lento pero continuado de crecimiento (2,5% promedio anual de la acuicultura de peces), en los últimos 10 años frente al 4,2% a nivel mundial.

La Unión Europea (27) es el mercado mundial de mayor importancia para los productos acuáticos. La dependencia del mercado europeo (2022) de las importaciones fue del 67% y el consumo medio aparente per cápita de la UE (27) en 2020 fue de 23,3 kg peso vivo/ per cápita/ año.

La situación de la acuicultura en Europa según estos datos es básicamente de estancamiento, fundamentalmente respecto de la visión del papel estratégico que debería y puede objetivamente tener.

Esta realidad es conocida y valorada por la Comisión que ha venido tratando de impulsarla de forma continuada en los últimos 20 años, lo que se puede revisar por el esfuerzo que reflejan los documentos producidos desde la publicación de “La Estrategia para el Desarrollo Sostenible de la Agricultura Europea” en 2002, hasta su incorporación en la actualidad al “Pacto Verde Europeo” y la “Estrategia Europea de la Granja a la Mesa”. Entre los dos extremos de este periodo se han revisar 3 acciones específicas:

En 2009 la segunda comunicación titulada “Construir un Futuro Sostenible para la Acuicultura. Nuevo Impulso a la Estrategia para el Desarrollo Sostenible de la Acuicultura Europea”

En 2013 se publicaron las “Directrices Estratégicas para el Desarrollo Sostenible de la Acuicultura de la Unión Europea”

En 2021 la Unión Europea publicó “Las Directrices Estratégicas para una Acuicultura de la Unión Europea más Sostenible y Competitiva para el Período 2021 2030”.

Es claro que los motivos son esencialmente los mismos: producir más alimentos (de calidad con garantía y aportación de autonomía), generar crecimiento económico (diversificado estable y propio) y crear empleo (necesario y distribuido) todo ello como actividad medioambientalmente sostenible en sí misma y como impulso de la conservación del medio marino general. Es también obvio que manteniéndose este análisis la sucesión de acciones reflejan la insatisfacción de los resultados alcanzados en los últimos 20 años en el conjunto de la Unión.

Las cifras en España señalan (2022) que la producción total fue de 326,520 t con un valor en primera venta de 760,7 M€, el empleo (2021) fue de 11.364 personas que se distribuyeron 5.722 jornadas de trabajo (UTAS). Las cifras son muy similares a las del año anterior, se mantiene la tendencia del decaimiento en los datos de pesca y de crecimiento en alguna de las formas de cultivo. El cultivo de peces marinos (2022) produjo 58.672 t, 11,8% mayor que 2021.

La situación nacional es consecuencia de una distribución muy desigual en el contexto autonómico:

Murcia ocupa el primer lugar por producción alcanzando en 2022 una cantidad total de 18.953 t, pero lo que es más importante con un crecimiento interanual, muy destacado, del 30%.

Las siguientes comunidades, excepto Canarias, han mantenido un crecimiento de importancia:

Cataluña que es la sexta por volumen (3.150 t), con el 21% de crecimiento

Galicia tercera (9.627t) y Andalucía cuarta (7.221t) por producción, tuvieron crecimientos del 16%.

Valencia segunda por producción (13.975t), tuvo un crecimiento del 10%.

La producción en Canarias continuó básicamente estancada, cayendo en posiciones relativas con un crecimiento del 1%, ocupando la quinta posición por producción con 5.738t.

Es claro que el crecimiento en la acuicultura en Europa es difícil y en España también, pero también lo es que la respuesta a esta dificultad es clave para seguir avanzando, como lo demuestra la importancia de los distintos grados de crecimiento que las Comunidades están alcanzando y consolidando.

Murcia con un crecimiento del 30% y Andalucía del 16% han recibido y acogido con interés y dedicación el proyecto de cultivo oceánico con el “medregal” como especie de referencia, que en Canarias fue dificultado hasta el límite del desistimiento en las fases iniciales de tramitación.

La agricultura y la pesca en Canarias tienen objetivamente posibilidades económicas y de empleo que son necesarias por cantidad y diversificación, necesitando una gestión política-administrativa eficiente que consiga revertir la decadencia y pérdida de oportunidades que las condiciones naturales y de conocimiento ofrecen.

Pero se ha de hacer bien, los diez años de tramitación del PROAC para conseguir llegar a una situación de obstaculización en los procedimientos igual o mayor que la de partida (véanse las secuencias en la producción de la acuicultura en Canarias los 15 últimos años), no se pueden repetir (ni nada parecido), se requiere voluntad, determinación y aprender de los que lo han hecho antes y mejor.

La Ley de Pesca de Canarias es “antiquísima” (no solo por los años que han pasado desde su aprobación), sino por el cambio de la realidad objetiva y del conocimiento del medio marino y técnico de la propia actividad naval y pesquera. Su actualización requiere también voluntad, determinación y aprender de los que lo han hecho antes y mejor. Posiblemente podría ser una oportunidad abordar los dos “problemas” de forma simultánea

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