Esta semana se ha divulgado este Barómetro, publicado por el Centro Tecnológico de Ciencias Marinas CETECIMA, dando continuidad a su esfuerzo de aportar información cuantificada, seleccionada y relevante sobre la Economía Azul en Canarias.
El Barómetro supone un reenfoque de la serie de recopilaciones y análisis iniciadas en 2018 con la denominación de “Informes de Actividad de la Economía Azul en Canarias”, del que se han producido desde entonces dos entregas antes de la pandemia: 2018, 2019 y uno posterior en 2021. Señalando que se inicia con este nuevo formato la alternancia de los Informes (como documentos de mayor profundidad y análisis), con el Barómetro (de actualización continuada de la información). El conjunto de entregas sucesivas se plantea como fórmula de equilibrio y continuidad para el mantenimiento de su compromiso de aportar la información y reflexión sobre la Economía Azul en Canarias.
La metodología seguida implica la utilización de datos consolidados (lo que tiene como consecuencia que sea un análisis retrospectivo), que en este caso Barómetro 2023 se refiere al año 2021, lo que implica que las comparaciones con el año anterior correspondiente se refieren a 2020, el año de la pandemia.
Esta serie de documentos, por tanto, tienen como visión y misión el objetivar la realidad de forma cuantitativa para poder evaluar las tendencias, consecuencias y efectos de las circunstancias sobrevenidas y lo que es sin duda de mayor importancia: el efecto de acciones y medidas de corrección e impulso.
En este contexto, es el momento de reconocer el valor del esfuerzo y dedicación del CETECIMA para mantener su compromiso con este espacio económico azul, como aportación (única de la temática en Canarias) muy claramente objetivable y que junto al conjunto de otras actividades que viene realizando, muestran con claridad el papel de actor relevante que desarrolla en el sector tras sus primeros 20 años de funcionamiento.
Es importante recordar que la Economía Azul sigue necesitando actividad, agentes, entes públicos y privados que trabajen en su mejor definición, cuantificación, valoración y análisis, ya que su proceso de formalización lo sigue necesitando y, como es sabido, sigue siendo imprescindible para que se produzcan los efectos de crecimiento económico, empleo y sostenibilidad en el medio marino, necesarios en general y particularmente en Canarias.
Un ejemplo sencillo y actual puede ayudar a entender la pertinencia de esta necesidad: Hace pocas semanas se planteaba en un foro específico una cuestión simple respecto a una empresa de fabricación de velas para barcos, cuestionándose cual debía ser su espacio económico conceptual y relacional: la industria textil o la economía azul. La respuesta no solo es importante desde el punto de vista estadístico y de cuantificación, lo es también por las consecuencias que para una empresa como esta tiene el situarse en el nuevo espacio de interrelación sectorial general que supone la Economía Azul y así aprovechar más y mejores oportunidades específicas.
El análisis del conjunto de cifras recogido (como se ha visto en las referencias de prensa), permite enfatizar aspectos distintos como una consecuencia clara del sesgo que produce 2020 como año de referencia respecto del conjunto de datos:
En los 10 sectores definidos y estudiados (Pesca, Transporte Marítimo, Puertos, Reparaciones Navales y de Plataformas Offshore, como sectores consolidados; Acuicultura, Cruceros, Turismo Náutico y Desalación como sectores en crecimiento y los de Energías Marinas y Biotecnologías como sectores emergentes), se entremezclan crecimientos y decrecimientos bajos/moderados que finalmente, van a ser la base sobre la que evaluar el 2022 año “post pandemia”.
El momento y las circunstancias muestran con claridad que la posibilidad de que la Economía Azul sea un elemento de diversificación significativo de la economía canaria, depende en gran medida de disponer de una Estrategia, Decisión y Concertación público-privada que lo hagan posible.
Objetivamente Canarias dispone de la “Estrategia de Economía Azul 2021/2030” aprobada por el Gobierno de Canarias que puede/debe ser suficiente para arrancar de forma eficiente su impulso, sin embargo, lo que mejor funciona hasta el momento como desarrollo de esta Estrategia es su página web, lo que señala ciertamente la paralización efectiva.
Había sido objeto de comentarios (en su momento) en los que cabía la posibilidad de que el impulso y promoción de la Estrategia no hubiese sido consecuencia de un análisis “por voluntad propia” para usarla como base y herramienta del desarrollo y crecimiento posible, sino que hubiese sido desarrollada y aprobada para dar respuesta a requerimientos “formales y procedimentales” de la Comisión Europea para avanzar en el conjunto de trámites del periodo presupuestario vigente, lo que parece confirmarse ante la falta de acción conocida en el desarrollo de la Estrategia.
Las circunstancias actuales del periodo político/administrativo con un alto nivel de sincronización temporal, abre la oportunidad de un impulso decidido y rápido (al cual la existencia de la Estrategia le es sin duda de utilidad) que permita materializar la mayor actividad económica posible respecto del potencial acreditado.
El crecimiento de la participación de la Economía Azul en el PIB canario sigue aumentando, situándose entre el 7 y el 8%, aunque dado el periodo de ajuste (por la pandemia), del conjunto de actividades económicas, será necesario esperar para evaluar la situación real. Estas cifras de crecimiento son suficientemente claras para confirmar que se está avanzando por la “vía natural o espontánea” donde es el conjunto de decisiones respecto de oportunidades concretas y dispersas las que originan y sostienen esta vía y no permiten maximizar el aprovechamiento de las “oportunidades objetivas” que la Economía Azul está ofreciendo a Canarias y que requieren: planificación, concertación y determinación, coordinadas y de mayor alcance.
Los contenidos actuales de la vía planificada son conocidos, recogiéndose en gran medida en la “Estrategia Canaria” y siguen vigentes y abiertos a pesar de que el peligro de ser abordados por otros territorios competidores existe y crece continuamente.
En todos los sectores en que este Barómetro 2023 de la Economía Azul aporta valores e indicadores, se muestra que es posible y necesario realizar acciones para su consolidación y desarrollo, no obstante, por su vigencia y potencial se pueden señalar ejemplos concretos en los que por razones muy distintas las acciones son más urgentes:
Las Energías Renovables Marinas (particularmente la eólica flotante) donde el Barómetro recoge el dinamismo del sector privado (concretado en el gran número de proyectos e iniciativas que se muestran), que está completamente atascado por la inexistencia de marco regulatorio y de gestión administrativa que lo deben hacer posible.
El Transporte Marítimo (con repercusión sobre la actividad portuaria en general y sobre las reparaciones navales), que sigue pendiente de perfeccionar el “Registro de Buques de Canarias” Rebeca, abordando las mejoras de detalle concretas para evitar la pérdida de atractivo, que no solo no permite atraer flota internacional sino que está haciendo perder continuadamente el abanderamiento de buques de empresas españolas y que se podría singularizar en el contexto internacional por conexión efectiva y clara con el REF (Régimen Económico y Fiscal de Canarias).
La Pesca requiere de forma urgente una nueva Ley canaria, ya que la actual está basada en una realidad de hace más de 20 años y que básicamente impide al sector el impulso necesario para detener su decrecimiento continuado como se recoge en el Barómetro y unas expectativas razonables y estables que permitan su futuro.