En los últimos días de esta semana, los socios del proyecto europeo Smartbluef (financiado por el programa europeo MAC 2014/2020), se han reunido en la Sede Social del Real Club Náutico de Santa Cruz de la Palma y la Casa de África en Las Palmas de Gran Canaria en sesiones de trabajo celebrando el Día Marítimo Europeo y participando en la apertura de la Feria Internacional del Mar (FIMAR 2020). En ese ámbito se produjo la primera reunión de la Asamblea General de la Alianza Marino /Marítima Macaronésica (A3M), nombrándose presidente al actual del Clúster Marítimo de Canarias Vicente Marrero; se aprobó su Código de Gobernanza; Modelo Operativo y el acuerdo de incorporar a nuevos miembros.
El nombre de la Alianza incluye términos de gran importancia que, sin embargo, pueden resultar alejados de la realidad próxima y en consecuencia los hace distantes de ser considerados como generales propios de Canarias.
El concepto Marino/Marítimo trata de unificar componentes que son claramente descriptivos de los dos espacios y contenidos de sus actividades propias: Marino como referencia a todo lo que tiene que ver o es relativo a las características de mares y océanos y Marítimo, derivado o conexo a lo naval, portuario y sus funcionalidades propias. El término específico se utilizó para hacer posible una visión integrada y unificar estrategias de impulso conjunto y sinérgico en sentido amplio, pero palabras (a efectos prácticos se consideran sinónimas) con significado tan consolidado y preciso han venido dificultando la extensión del concepto. La Comisión Europea viene realizando esfuerzos de clarificación y consolidación del término utilizándolo como una herramienta estratégica central de desarrollo y crecimiento medioambiental sostenible.
El término Macaronesia como delimitación geográfica, parecería ser más claro y simple, pero no lo es, ya que al origen biogeográfico del mismo se añade a los archipiélagos del Atlántico Centro Oriental (Azores, Madeira y Canarias), de forma no demasiado precisa, ciertos enclaves en el continente africano.
A pesar de ello, el término macaronésico ha resultado muy adecuado para identificar otras realidades de forma más efectiva, así Azores, Madeira y Canarias son Regiones Ultraperiféricas en el sistema jurídico administrativo europeo. En este contexto, la denominación de Macaronesia como RUPs ha resultado más precisa y efectiva respecto de la denominación descriptiva que le correspondería como Grupo de Regiones del Atlántico Centro Oriental. Adicionalmente está resultando útil para identificar el espacio de colaboración con los países africanos próximos como parte de la estrategia europea de vecindad.
La realidad inequívoca es que, hasta la incorporación de Portugal y España a la Unión Europea, el conocimiento recíproco y la interacción entre los tres archipiélagos y de estos con los países africanos de su entorno era prácticamente insistente. La A3M trata de responder a cuestiones como: ¿ qué necesidades y oportunidades similares pueden abordarse mejor de forma conjunta? ¿ cómo se construyen las mejores acciones para conseguirlo?
Como primera respuesta a estas cuestiones, se constituyó en 2013 una comisión encargada de explorar la creación de una herramienta de cooperación que permitiera identificar problemas comunes y oportunidades que pudieran ser abordados de forma conjunta. Esto sucedía por primera vez en la historia moderna de estos archipiélagos que, a pesar de su cercanía, hasta muy pocos años atrás, no había ningún tipo de comunicación directa regular entre ellos (como ejemplo para ir de Canarias a Madeira distantes aproximadamente 500 km, barco no era posible y en avión era necesario una ruta vía Madrid y Lisboa de más de 2200 km).
La incorporación a la Unión Europea abrió la posibilidad por primera vez de cooperar para solucionar algunos problemas comunes y tratar de aprovechar las oportunidades derivadas de la posición geográfica y de la similitud de situaciones. La duración del proceso y los resultados de los trabajos que han hecho posible la puesta en marcha de la Alianza Marino-Marítima Macaronésica, ha hecho necesaria el análisis de la vigencia de los criterios que llevaron a su planteamiento y la revisión de la estrategia para su desarrollo.
Respecto a los elementos de reflexión utilizados en 2013 (momento inicial del planteamiento), se han añadido los muy actuales derivados de las crisis internacionales (pandemia y guerra), concluyendo de forma muy simplificada en que:
Las necesidades y posibilidades generales iniciales, que daban impulso a la Alianza no solo se mantienen, sino que se refuerzan constantemente, siendo imprescindible el alineamiento e incorporación de las necesidades regionales con la estrategia europea global.
La marginalización del espacio macaronésico de las grandes rutas de actividad Norte-Norte y el deslizamiento de estas rutas del Atlántico al Pacífico debilitan y disminuyen las oportunidades derivadas de la posición geográfica.
La necesidad imprescindible de compensar esta tendencia trasladando el foco de las necesidades y carencias (que en la situación de partida ya existían y que se van viendo aumentadas en la situación actual y en las previsiones), hacia la puesta en valor de capacidades y potencialidad existentes, pero que toman nuevo valor para Europa, como son:
Las derivadas del enorme espacio marino en el entorno de los archipiélagos y las capacidades que surgen de la implantación acelerada de las EERR.
Las oportunidades que se derivan de los cambios imprescindibles en el transporte marítimo y aéreo.
Las herramientas y recursos europeos dirigidos a estos fines, que aportan el soporte imprescindible para la puesta en valor en el ámbito local.
El impulso de la gestión medioambientalmente sostenible de los recursos renovables y no renovables, así como de la acuicultura oceánica imprescindible para atender las necesidades de proteínas de la población creciente.
La Alianza Marino-Marítima Macaronésica A3M, ha sido impulsada de forma efectiva y solidaria desde Canarias (sigue siendo difícil como señala el tiempo transcurrido desde la constitución de la Comisión en 2013, a pesar del trabajo y recursos empleados por los promotores desde entonces, gracias al soporte europeo para la cooperación interregional y transfronteriza europea), señalando el camino y confirmando la metodología, que hace imprescindible entender que:
Es el impulso desde la realidad propia, el elemento crítico para compensar, paliar, superar… las tendencias globales de llevar a la marginalidad espacios geográficos y comunidades como los nuestros.