El Instituto Español de Oceanografía. Impacto Sectorial.

Canarias7

El Instituto español de Oceanografía (IEO), que tuve el honor de dirigir durante un corto plazo de tiempo, viene siendo noticia frecuente en los últimos años, noticias que en la mayor parte de los casos pasan desapercibidas con carácter general y solo generan atención en las personas o instituciones que tienen algún tipo de relación.

De forma resumida, se puede indicar que, hasta el 31 de marzo del 2021, era noticia continuada por los problemas que dificultaban su funcionamiento de forma drástica y profunda. La trascendencia pública de las dificultades de una institución de investigación es como un iceberg, solo se ve la punta diminuta de (en este caso), la incapacidad manifiesta del Ministerio para abordar la solución integral del problema, tanto en los aspectos de gestión como de ciencia.

La solución adoptada a sus problemas finalmente fue la absorción por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), acordada en el Consejo de Ministros en la fecha referida. Integración en la que fue acompañado por otros “pequeños” organismos nacionales públicos de investigación: El Instituto Nacional de Investigación Agraria y Alimentaria (INIA) y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME). No se conoce con detalle cómo se hizo el proceso en el INIA y el IGME, pero no debió ser muy diferente a lo sucedido con el IEO.

No se ha explicado fundamentalmente cómo esta absorción favorecería al IEO (más allá de pagar las facturas pendientes) y lo que es de mayor trascendencia: que beneficios tendría el país como consecuencia de la finalidad del proceso de absorción por el CSIC.

La solución se planteó excluyendo otras posibilidades muy específicas y de éxito contrastado cómo es gestionar conjuntamente la Meteorología y la Oceanografía: Lo que se hace en Estados Unidos desde 1970, por integración de servicios preexistentes: costas y geodesia (1807), nacional del tiempo (1871) y el bureau de pesca comercial (1871), o como se ha hecho muy recientemente en Portugal, donde en 2012 se creó el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera, integrando al Instituto de Meteorología y el de Investigación de la Pesca y el Mar.

La falta de explicación a muchos aspectos y aportaciones realizadas desde diferentes perspectivas personales, e institucionales concretas alcanza al hecho de no haber atendido a las propuestas de mejoras del IEO, realizadas por el grupo de trabajo específico de expertos (organizado por el propio Ministerio).

Las dudas planteadas inicialmente se van consolidando, son indicadores: La organización efectiva del IEO atendiendo al lugar de residencia de los actuales responsables de las áreas científicas: así, la acuicultura se sitúa en Murcia y la pesca en Santander. La necesidad de esta descentralización es, si cabe, más difícil de entender, ya que no hay ninguna explicación lógica al hecho de no situar en Galicia (específicamente en Vigo), la Sede de las responsabilidades pesqueras como consecuencia del potencial en este campo de la ciencia del Laboratorio de Vigo y lo que sin duda debería ser de mayor importancia: la relevancia nacional e internacional de la flota pesquera con base en Galicia.

Ahora, sorpresivamente el Ministerio crea una “Mesa Permanente de la Ciencia y la Pesca de España” que se sitúa permanentemente en Vigo y desde el propio Ministerio se señala que: “Vigo sea la Sede de esta Mesa, es un reconocimiento científico y pesquero a que Vigo es la capital de las ciencias oceanográficas y de la pesca de nuestro país”. Este argumento para constituir la Mesa (cuyo contenido está por explicar), no fue suficiente para radicar en Vigo la Jefatura del Área de Pesca del IEO, cuyo contenido e importancia es conocido por todos los investigadores, el sector pesquero y la administración. Está por explicar cómo se impulsa la eficiencia de la actividad científica y su relación con el sector situando la Mesa en Vigo y la Jefatura en Santander.

Los tres organismos absorbidos (IEO, INIA e IGME), tienen un enfoque competencial y actividades focalizadas a tres sectores productivos específicos, a los que aportan el soporte científico imprescindible (y deberían aportar más si se les dotara de los medios necesarios) para que su desarrollo sea más eficiente en el mercado y en el entorno socioeconómico respectivo, así como medioambientalmente sostenible.

La absorción no parece que pueda “per se” mejorar y potenciar las relaciones respectivas de cada centro con su entorno socioeconómico, pero lo que sí asegura es la pérdida de identidad de las instituciones absorbidas. Sirva como ejemplo el contexto donde se anunció la “Mesa Permanente” que ha sido el astillero Armón,  donde se va a construir el nuevo buque oceanográfico Odón de Buen (nombre del fundador del IEO),  buque que lleva gestándose en el IEO más de 15 años, que viene a culminar el proceso de renovación de la flota y a sustituir finalmente al que fue buque insignia del IEO : Cornide  de Saavedra, sin embargo, este hecho que debería ser de gran simbolismo en el impulso de la actividad específica del IEO (en relación al impacto sectorial en que debe actuar), queda diluido en gran parte al convertirse en una imagen de la “ciencia global” identificada en el mejor de los casos como IEO-CSIC.

Se ha obviado también, como viene siendo habitual, el hecho que la Ciencia, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación se construyen generalmente en el orden del enunciado, no son consecuencia espontánea, requiriendo metodologías de impulso específicas y difíciles. La Ciencia no necesita la proximidad, ni la demanda, ni los sectores productivos, sin embargo, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación lo requieren de forma determinante. En el contexto de la economía azul, deberían desarrollarse los impulsos que le son propios e imprescindibles para conseguir alcanzar los objetivos de crecimiento, creación de empleo y sostenibilidad ambiental local y global planteados, en los cuales el IEO debería ser una pieza central.

Los momentos en que ocurren las crisis no se eligen, sin embargo, es una elección como intentar salir de ellas, las decisiones adoptadas en este caso no han sido suficientemente explicadas, ni en los hechos concretos ni en el contexto de que “estrategia” se están produciendo y así es más difícil concitar la cooperación y coordinación.

Algunos aspectos de este proceso deberían tener en cuenta visiones más amplias: Siendo la ZEE en torno al archipiélago en el momento actual la mitad de la nacional, con oportunidades de crecer en la extensión planteada ante la ONU: ¿Por qué no tiene ningún significado en este proceso? ¿Por qué Canarias no ha sido considerada ni remotamente en los debates de distribución de Sedes?

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