Conservación/explotación de los océanos

Canarias7

La percepción social de los problemas y oportunidades para la humanidad en áreas o zonas particulares y específicas tiene un sesgo permanente hacia visibilizar los peores aspectos. Esto es aceptado con carácter general y con poca discrepancia, las buenas noticias no son noticias y cuando se producen son esencialmente fugaces.

En la dramática y catastrófica actualidad, la dimensión, cantidad y diversidad  de los problemas en los que la sociedad se encuentra inmersa, comienza a producir de forma acelerada efectiva un efecto colateral de dimensiones e impacto imprevisible, que se puede resumir en la distracción o falta atención a todos aquellos asuntos no relacionados directamente con las catástrofes actuales, con independencia de cuál sea su importancia o naturaleza.

En la mayor parte de los casos, la expectación y atención sobre las graves circunstancias actuales, sobre las que podemos tener intervención e influencia muy limitadas, nos restringen y en muchos casos impiden la actuación sobre otros asuntos en los que la intervención ahora y en el futuro podría ser realmente eficaces.

En el contexto de esta página resulta obligado tratar de mantener la atención sobre el Crecimiento Azul, el espacio de potencialidades que ofrece y el conjunto de necesidades para que se puedan desarrollar, volviendo a plantear para ello alguna reflexión básica como la que se enuncia en el título, que permite actualizar las necesidades y capacidades que los mares y océanos aportan en general y de forma particular en las islas.

La percepción social sobre los mares y océanos en su relación con las sociedades, en cada periodo se concentra en cuestiones o modas que aportan imágenes de impacto sobre las que mantener los argumentos en cada caso. En los últimos y más recientes años, la idea fuerza dominante ha sido el efecto de plásticos en el mar, hemos visto imágenes impactantes de las enormes islas de basuras y desechos plásticos que nos han transmitido eficazmente una casi tan grande preocupación como impotencia.

Antes de los plásticos se han ido sucediendo distintos problemas como: El blanqueo de los corales; la sobrepesca en general; le desaparición de las ballenas… La atención sobre cada uno de los temas no termina porque se hagan públicas las soluciones y medidas para alcanzarlas, sino porque se sustituye por una nueva, pasando la anterior a un segundo plano indefinido, desde dónde se transmite una vaga y difusa idea de que son problemas irresolubles y que por la adición entre ellos nos conducen a una degradación definitiva e inevitable.

No son noticias los avances conseguidos (de distinta y creciente magnitud), para resolver algunos de los problemas planteados, ni la certeza que se va evidenciando de que es posible controlar y en muchos casos revertirlos.

Solo cómo ejemplos (sin ponderar, ni ordenar), en una escala global es un hecho constatado, pero poco noticiable la drástica disminución de los derrames accidentales de combustibles en el mar. Las cifras actuales en relación con los volúmenes transportados se pueden considerar que en % han prácticamente desaparecido). Esto no es casual, ha sido fruto de un esfuerzo internacional continuado durante años, dictando normas, haciendo ingentes inversiones en buques e infraestructuras portuarias, amplios sistemas de control y aplicando procesos sancionadores rigurosos. En escala de dimensión específica, en la pesca se está produciendo un proceso de la mayor trascendencia, por cuánto sobre la tendencia global de la sobrepesca que se venía desarrollando en las últimas décadas, se está superponiendo una sucesión de procesos de regulación y control que culminan en alcanzar la estabilidad y el equilibrio ambiental de un número creciente de pesquerías incluso en especies sometidas a gran presión como los túnidos.

La lista se puede completar y extender de forma importante y significativa qué argumentar en este texto no se hace necesario. Lo importante de los ejemplos referidos y la enormidad de los que existen, no es generar complacencia o inacción, sino por el contrario, transmitir con la mayor claridad  la imprescindible necesidad que para el futuro de la humanidad tiene la conservación de los océanos y sus ecosistemas en equilibrio con los procesos productivos que le son imprescindibles para su futuro y además cómo es posible (si se actúa con la determinación y rapidez necesaria), la aceleración de los procesos de conservación y recuperación, limitando y/o anulando la posibilidad de alcanzar situaciones irreversibles.

Para Canarias, abordar bien esta situación es crucial y de hacerse bien, puede ser un elemento central para alcanzar una sociedad que pueda soportar empleada a su población, en equilibrio ambiental y como contribuyente neto positivo a los balances climáticos globales. Esto se ha de conseguir “gestionado bien” el aprovechamiento medioambientalmente sostenible: Desde la especie al ecosistema de los recursos pesqueros; las capacidades de la acuicultura; el aprovechamiento de los recursos renovables emergentes y ayudando a conservar y generando condiciones favorables y atractivas para el turismo (cada vez más exigente en calidad ambiental).

Puede parecer utópica, por la simpleza de su planteamiento o por la magnitud del objetivo, pero realmente de serlo no es por estas razones, sino por la realidad histórica de como se ha afrontado la visión y la gestión del mar en Canarias desde el acceso a la Autonomía.

La visión administrativa competencial dispersa con enfoques diversos y muchas veces contradictorios, tanto entre los distintos departamentos autonómicos como con los estatales, han conducido a que la situación de la pesca; acuicultura; gestión y conservación de los espacios marinos protegidos y protegibles, en la actualidad no solo no mejore, sino que se proyecta al futuro a peor sin paliativos. A esta situación se suma la necesidad (gran oportunidad) de las energías renovables y nuevos aprovechamientos en el océano (con un reparto competencial que añade complejidad), sin que se hayan tomado (que se conozca) ninguna medida especifica de coordinación cooperación administrativa para impulsar facilitar la gestión.

La modificación del Estatuto de Autonomía de Canarias que, aunque no ha alcanzado posibilidades manifiestamente claras de mejorar esta situación, incluye alguna previsión que podría contribuir a mejorarla cuando se produzcan las transferencias que lo hagan posible. La información conocida no hace previsible que lleguen para ser útiles en estos tiempos de urgencias y oportunidades.

La Estrategia Canaria de la Economía Azul aprobada el 15 de julio del año pasado 2021, parecía podría ser un espacio conceptual y promotor de coordinación, cooperación, impulso… pero debe acelerar mucho el proceso de puesta en marcha formal y mucho más el de darle contenido. Sería un avance importante para contribuir positivamente a atender necesidades e impulsar la materialización de las oportunidades, aunque solo sean las más evidentes y fáciles.

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