Drones marinos de actualidad en Canarias

Canarias7

Los drones forman parte de la vida cotidiana de los ciudadanos cada vez con mayor repercusión, aportando un conjunto de utilidades que, a pesar del enorme impacto de algunas de ellas, no son más que los primeros indicadores del con seguridad incontable número de aplicaciones que van a seguir apareciendo con mayor trascendencia.

La visión de lo que sucede diariamente en la actualidad de la actividad volcánica en La Palma, es un ejemplo que nos hace conscientes de lo que está pasando realmente y solo puede ser obtenida con los drones aéreos que operan regularmente aportando información crítica para la gestión del proceso volcánico y sus consecuencias, a la vez que permiten a los ciudadanos de todo el planeta tener una visión actualizada permanente, dando satisfacción a la enorme curiosidad que estos fenómenos despiertan y lo más importante, hacen posible una vinculación y solidaridad que difícilmente se produciría de otra forma.

La misma línea de avance tecnológico qué ha dado lugar a estos drones aéreos que están operando en La Palma, ha impulsado un desarrollo paralelo en el océano de distinta velocidad y consecuencias, estos drones oceánicos según sea el espacio de actuación al que se dirijan son sustancialmente distintos, con consecuencias actuales y proyección futura realmente diferentes: Los drones que operan exclusivamente en la superficie del mar y aquellos que están diseñados para la operación submarina, aunque hagan o puedan hacerlo (por necesidad o voluntad), también en superficie. En ambos casos están coincidiendo además necesidades diferentes pero obviamente complementarias, las que se derivan  de la actividad científica y las que se dirigen hacia aplicaciones comerciales.

Las aplicaciones científicas ya se han iniciado de forma efectiva (como estamos viendo en La Palma y puede verse en otras aplicaciones menos dramáticas en muchos escenarios en el océano mundial), mientras que el desarrollo de las aplicaciones comerciales «parecería» que tiene un desarrollo más limitado o como mínimo más lento. Nada más lejos de la realidad, ya que a pesar de la mayor complejidad formal del tráfico comercial regulado en la Organización Marítima Internacional (OMI) y del coste de las propias unidades navales comerciales, existe una carrera acelerada y potente entre todos los desarrolladores y empresas de cada uno de los elementos necesarios para hacer posible la navegación autónoma. Solo como ejemplo reciente (noticias del 9 de septiembre) podríamos señalar que, se ha completado la construcción de un centro de operación de flota de buques autónomos de superficie (sin ninguna tripulación) en Makuhari, un área especial de desarrollo en la ciudad japonesa de Chiva. Esta actuación es parte de un proyecto de navegación autónoma integral promovido por 25 de las empresas más representativas del sector en Japón, proyecto DEFAS, que espera simular la operación real el próximo año (febrero 2022) y la comercialización en 2025.

En la actualidad Canarias, la noticia que hace referencia a los drones científicos que ya están siendo utilizados en la observación del entorno marino afectado por el volcanismo en La Palma, coincide con la celebración de la decimoprimera (primera después del parón pandémico) escuela anual de gliders (drones de operación oceánica diseñados para la investigación científica) organizada por la Plataforma Oceánica de Canarias. Conviene tomar conocimiento que esta es la escuela que en su década de funcionamiento se ha consolidado como referencia mundial, a la que vienen asistiendo alumnos de los cinco continentes, participando profesores y fabricantes de primera línea internacional.

La actualidad descrita debe impulsar una reflexión estratégica de fondo, señalando sin duda qué, desde las condiciones actuales y en el marco de las previsiones nacionales e internacionales más robustas, existe la oportunidad para impulsar la creación y operación en Canarias de la Base Nacional de Vehículos Autónomos Marinos, que debería ser parte fundamental de la Base Europea equivalente, con la misma finalidad para atender las necesidades científicas y coyunturales en el Océano Atlántico. Esto no solo sería un impulso para aumentar la lamentable participación de Canarias en el sistema de I+D+i en español (medido en términos de PIB) sino que sin duda impulsaría actividad económica y el empleo de calidad.

Está reflexión específica, da pie a otra también coyuntural y de futuro del máximo interés para Canarias, que hace referencia a la disponibilidad de la flota científica española, que ha mostrado en los dos últimos casos en que ha sido necesaria en Canarias (volcanes de El Hierro y de La Palma), un tiempo de respuesta demasiado largo.

La situación de las bases de los buques científicos en España es consecuencia histórica de las necesidades de gestión precaria de las mismas. Es necesario un análisis preciso que ubique la flota donde sea más funcional y efectiva. Con seguridad hacen falta al menos tres sedes, una por vertiente marina: Galicia-Cantabria, Andalucía-Mediterráneo y otra en Canarias. La flota de investigación y ciencia debe ser de financiación y estrategia nacional con la colaboración y cooperación autonómica, tanto administrativa como de recursos y con una visión compartida con los sectores económicos interesados, lo que debe permitir que la flota exista y esté donde deba estar.

En Canarias ya se ha demostrado que la Autonomía no ha tenido la determinación suficiente para mantener la disponibilidad de barcos científicos por si sola, no se sustituyó el B/O Profesor Gonzalo Lozano (sucesor del B/O Taliarte) al hacer desaparecer el Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM) y la Administración Estatal nunca se ha planteado con la decisión suficiente la posibilidad de tener un barco de investigación oceanográfica con base en Canarias.

El vulcanismo en Canarias ya ha demostrado la necesidad de que un barco científico de características y prestaciones adecuadas tenga su base aquí, respecto a lo que se puede argumentar, como ya se hizo tras el volcán de El Hierro: “no se sabe cuándo va a haber otro fenómeno volcánico que lo haga necesario”. Sin embargo, existe otra necesidad estratégica concurrente para consolidar la necesidad de la base en Canarias y que es además del máximo interés para España y Europa: Estudiar el medio oceánico profundo, sus ecosistemas y la distribución y magnitud de los recursos de minerales estratégicos existentes tanto en la ZEE exclusiva como en las aguas internacionales en el Atlántico Centro-Sur, contribuyendo a generar el conocimiento necesario para la gestión que pueda corresponder en su momento.

 

 

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