Energía Azul ¿Para qué?

Canarias7

En las circunstancias actuales la respuesta a esta pregunta parece tan evidente que haría innecesario o meramente retórico su planteamiento. Esta afirmación se ve reforzada constantemente con criterio de autoridad y con enorme decisión económica y administrativa por la Unión Europea, como se señala en la reciente comunicación: «Una estrategia de la UE para aprovechar el potencial de la energía renovable marina para un futuro climático neutro»  que establece objetivos ambiciosos y alcanzables (aunque pudiera no parecerlo por su dimensión) basándose en una previsión de inversiones de 800.000 millones de euros, para multiplicar por más de 25 el parque de producción actual hasta 2050.

La razón motriz y objetivo común de la Unión (se recoge en el propio enunciado de esta comunicación), es conseguir la neutralidad de la generación eléctrica en el 2050, como contribución europea al desafío mundial de disminuir/evitar la emisión de gases de efecto invernadero y controlar el aumento de la temperatura a escala planetaria.

En este planteamiento, la Unión Europea asume una fuerte y determinada posición de liderazgo internacional, estableciendo que éste se basará en un impulso tecnológico propio de enorme magnitud, que además, será un eje central del “Desarrollo Económico Europeo” de los próximos años. También son elementos de importancia, disminuir la dependencia estratégica de los suministros de combustibles y la participación de estas importaciones en la balanza comercial (en España según datos del Ministerio de 2019 suponen más del 70% de las importaciones).

Estas son las razones y necesidades generales comunes al conjunto de países de la Unión en mayor o menor medida, lo que  permite que sean núcleo de su futuro común y como es propio de las políticas/estrategias europeas, son el resultado de la suma de intereses/necesidades de cada uno de los Estados Miembros y en consecuencia, no repercuten por igual a cada uno de ellos, ni en los efectos, ni en las oportunidades que de su desarrollo se derivarán. Es obvio que cuando se avanza en el detalle al interior de cada Estado, estos efectos y oportunidades adquieren otras dimensiones y características de especial importancia, porque es en estos niveles concretos donde alcanzan al bienestar y futuro de los ciudadanos.

Los responsables comunitarios y de cada uno de los Estados, tienen obviamente la responsabilidad ejecutiva del proceso y según el tipo de organización de cada uno (más o menos descentralizado), será compartida en la proporción que corresponda. En Canarias, que tiene un sistema energético desconectado del nacional, fraccionado e ineficiente y una realidad económico/social similar, es imprescindible que la Comunidad Autónoma asuma la mayor responsabilidad posible, que permita hacer eficaz y beneficiosa la ejecución de la estrategia europea, incorporando además las características y singularidades propias.

Todo lo dicho está en relación a la producción energética general,  por los compromisos climáticos asumidos internacionalmente y con la generación de la industria necesaria para hacer esta producción de la forma más eficiente. En este contexto, se ha señalado que en Canarias se dan condiciones de cualificación de personas, capacidad empresarial y condiciones objetivas para no solo resolver su problema energético, sino también, radicar aquí una participación significativa en el desarrollo tecnológico que lo harán posible con proyección global.

Cómo es ampliamente aceptado, en cada espacio se habrá de encontrar la combinación de tecnologías más adecuadas a sus necesidades y condiciones (mix energético). Esta aproximación es cada día más eficiente por la aceleración del proceso tecnológico, que ha permitido a la eólica y fotovoltaica alcanzar precios por kw producido impensables hace muy pocos años. El nivel tecnológico alcanzado y que continúa avanzando sin que sea posible establecer dónde están los límites, abre nuevas oportunidades adicionales (que van más allá de la generación eléctrica para los consumos conocidos), para las qué hay también en Canarias condiciones inmejorables. Las condiciones de viento, olas, y radiación solar en Canarias, como se puede consultar fácilmente en cualquiera de las muchas herramientas disponibles, son de las mejores del mundo y sobresalen respecto al conjunto de las europeas.

El significado económico de la diferencia de las condiciones naturales según la ubicación, se puede entender fácilmente en ejemplo siguiente: “los primeros días de este mes de diciembre la producción fotovoltaica española superó a la alemana, a pesar de que la planta de producción alemana es cuatro/cinco veces mayor que la española, lo que supone que el kilovatio producido aquí fue cuatro o cinco veces más baratos”.

Las condiciones para la producción combinada  con fotovoltaica, eólica y olas (en los lugares adecuados) a los mejores precios posibles en Europa, hacen que Canarias sea un lugar privilegiado para un nuevo enfoque tecnológico qué es utilizar la energía para producciones industriales emergentes, entre las que destacan, la producción de hidrógeno acompañada de la de amoniaco (por su valor propio y como estabilizador de la producción de hidrógeno) y donde las materias primas serán el agua de mar y el aire.

Está industria electrointensiva necesita lugares como Canarias, donde la combinación eólica/fotovoltaica/olas esté más cerca de aportar el 100% y pueda ser complementada con la posibilidad de almacenamiento necesario de la forma más eficiente. El entorno marino de las Islas, cómo se ha dicho, reúne estas condiciones naturales de forma destacada a lo que se añaden infraestructuras portuarias y de logística del nivel internacional, personal cualificado, empresas, universidades y centros de I+D+i, que ya se han identificado como capaces para el desarrollo de las tecnologías renovables en tierra y que lo son en mayor medida para esta nueva industria medioambientalmente sostenible.

Aunque como se ha señalado, las condiciones naturales y de partida son de enorme ventaja, el desarrollo de estas actividades es de gran complejidad y necesitan fundamentalmente administraciones que entiendan la oportunidad, que se coordinen, que regulen bien y a la velocidad que las necesidades demandan, promuevan y no entorpezcan la colaboración público-privada, de hacerlo así se radicará en Canarias crecimiento económico y empleo de calidad.

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