Estado de calidad de los mares de Europa.

Canarias7

El Crecimiento Azul es sin duda, parte importante de la visión de futuro de la Unión Europea y está incluido de forma efectiva en la estrategia económica para salir de la crisis.  Es frecuente encontrar informaciones y opiniones en las que se trata de contraponer el crecimiento económico, a la necesidad de proteger y promover la calidad y la conservación del medio marino, obviando la certeza del enorme esfuerzo (de una complejidad jurídico administrativa difícil de creer) que se realiza por proteger a impulsar el mejor cuidado de la Zona Económica Exclusiva de los Estados miembros de la Unión.

En muchos casos, se acusa a las Instituciones europeas de provocar y mantener esta complejidad con un conjunto desmesurado de procedimientos y procesos burocráticos. Qué la realidad burocrática existe y que debe ser combatida permanentemente, no tiene ninguna duda, pero tampoco tiene duda el hecho de que los problemas complejos, mayoritariamente tienen tratamiento y soluciones igualmente complejas.

La Directiva Marco de la Estrategia Marina se adoptó el 17 de junio de 2008, tras un largo y difícil periodo de incubación. Esta Directiva fue acompañada de un conjunto de criterios detallados y normas metodológicas para ayudar a los Estados miembros a su aplicación y ha sido seguida de un número importante de documentos y normas con la misma finalidad. El conjunto hace del marco europeo para la protección del medio marino, uno de los más completos y de mayor alcance del mundo, sino el que más.

El objetivo principal de la Directiva Marina es lograr el buen estado ambiental de las aguas marinas de la Unión Europea en 2020 (objetivo que parece difícil que se pueda alcanzar). El seguimiento de su desarrollo ha sido establecido en la propia Directiva en su artículo 20, donde se establece la obligación de hacer un informe por periodo (ciclo), el primero de los cuales se ha publicado por la Comisión (COM(2020) 259 final) y muestra una imagen muy heterogénea de la situación, confirmando la necesidad de hacer más por proteger nuestros mares y océanos.

Este extenso y detallado informe presenta una imagen de mucho  contraste de la situación de los mares de Europa. Del cual  se puede extraer:

Los mares y ecosistemas marinos europeos están sufriendo a consecuencia de años de grave sobrexplotación y abandono. Pudiendo alcanzar pronto un punto de no retorno pero, como afirma el  informe, aún hay oportunidad de restaurar los ecosistemas marinos si se actua de forma decisiva y coherente para alcanzar un equilibrio sostenible entre el modo en que se utilizan los mares y el impacto en general en el medio marino

Casi la mitad de las aguas costeras de Europa están sometidas a una fuerte eutrofización, aunque las normas con las que la UE ha regulado los productos químicos han tenido como consecuencia la reducción de contaminantes.

Ha aumentado la presencia de plásticos y residuos químicos en los mares europeos y la acumulación en la mayoría de las especies marinas.

Persisten problemas como el exceso de nutrientes, el ruido subacuático, la basura de plásticos y otros tipos de contaminación, además de la sobrepesca. Se ha avanzado, por ejemplo, en el ámbito de la pesca sostenible, pero son necesarios nuevos esfuerzos. 

Se lamenta que los Estados miembros de la UE no alcanzaran en 2020 el buen estado medioambiental de todas sus aguas marinas a que estaban obligados y que en algunas regiones hagan falta esfuerzos considerables.

Gracias a la política pesquera común de la UE, casi todos los desembarques en el Atlántico Nororiental proceden de poblaciones sanas de peces, pero no ocurre así en el Mediterráneo, donde son necesarios más esfuerzos.

El informe pone de manifiesto que el uso tradicional y presente de nuestros mares está pasando factura en forma de cambios en la composición de los hábitats marinos y especies en ellos, así como en la física y química de los mares, sugiriendo también soluciones que pueden ayudar a la UE a alcanzar su objetivo de unos mares limpios, sanos y productivos, principalmente mediante una gestión basada en los ecosistemas. Añade que existen signos de recuperación de los ecosistemas marinos en algunas zonas como consecuencia de esfuerzos considerables (que a menudo han llevado décadas), encaminados a reducir determinados efectos, como los causados por los contaminantes, la eutrofización y la sobrepesca.

La Directiva, también, ha impulsado una mejor comprensión de las presiones y los efectos de las actividades humanas en el mar y sus consecuencias en la biodiversidad marina, sus hábitats y los ecosistemas que sustentan. Los conocimientos adquiridos gracias a su aplicación han impulsado, por ejemplo, la adopción de la Directiva sobre los plásticos de un solo uso y el aumento del % de la superficie protegida en las subregiones marinas europeas.

También han dado lugar a una mayor cooperación entre los Estados miembros litorales de las cuatro regiones marítimas europeas, y como consecuencia de ello, los Estados no pertenecientes a la UE también tienen el objetivo de alcanzar un buen estado ecológico o su equivalente.

La Directiva Marco sobre la estrategia marina debe revisarse a mediados de 2023 y en caso necesario, se propondrán modificaciones. La revisión seguirá analizando los logros y los retos de la protección del medio ambiente de los mares europeos, de conformidad con el programa «Legislar mejor» de la Comisión, y se llevará a cabo paralelamente a una revisión de la política pesquera común.

El conjunto extenso y detallado de la enorme cantidad de información generada, los esfuerzos por producir y validar la observación, la homogeneización entre los países y la corrección metodológica continuada, están constituyendo una herramienta mas efectiva para valorar la situación y poder tomar decisiones cada vez eficaces.

La información refleja una situación caracterizada por el impacto de actividades tradicionales, realizadas continuadamente y de gran permanencia, cuyas consecuencias comienzan a ser paliadas en muchos casos y por comparación, permite que las actividades emergentes se comiencen a desarrollar  con los condicionantes que den las garantías necesarias para eliminar, minimizar o establecer  las medidas compensatorias necesarias.

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