El Consejo de Gobierno de Canarias aprobó el pasado día 15 de julio la Estrategia Canaria de Economía Azul para la década. Desde el espacio de reflexión de esta página, el documento merece la mayor y positiva consideración, por cuanto se ha repetido constantemente que, para poder aprovechar e impulsar las oportunidades que se presentan, es necesario tener elaborada previamente una buena estrategia.
La Estrategia ha sido estimulada por la Comisión Europea de forma genérica desde la primera referencia en su Comunicación sobre “el Crecimiento Azul” (2012), y de forma muy específica en la dirigida a “Una Asociación Estratégica renovada y más fuerte con las Regiones Ultraperiféricas de la Unión Europea” COM (2017) 623, donde de forma explícita, en la lista exhaustiva de medidas incluidas en su Anexo 1, tras la primera medida dirigida a la Gobernanza, establece como misión para cada una de las Regiones Ultraperiféricas la creación de su «Estrategia para la Economía Azul».
El mandato es el origen de la iniciativa de la elaboración de la Estrategia Canaria recién publicada, con la consecuencia de disponer ahora de un análisis de situación y perspectiva con un cierto grado de planificación inicial, lo que es una magnífica base y herramienta para tratar de tener el mejor aprovechamiento, tanto de las oportunidades derivadas del Marco Financiero Plurianual (2021/2027), como las derivadas del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia.
Antes de pasar a comentar los aspectos concretos de la Estrategia Canaria, es necesario señalar por su efecto crítico y determinante, la gestión de los tiempos en el contexto. Desde octubre de 2017, en que se publicó la Comunicación que señalaba las medidas que deberían adoptarse (entre las que se encontraba de forma prioritaria la necesidad de elaboración de las Estrategias de Economía Azul en cada una de las Regiones Ultraperiféricas), hasta el 15 de julio de 2021 en que se acaba de publicar, han pasado más de 3 años y medio
Es cierto que en este intervalo, se ha producido un cambio de Gobierno en Canarias y la pandemia COVID-19 (que todavía nos acompaña), esto podría generar cierta conformidad en la valoración del tiempo transcurrido, sin embargo, las necesidades y oportunidades sociales que demanda la Estrategia son las mismas y si cabe acentuadas. Es necesario ir construyendo una aproximación nueva (lo que requiere determinación, soporte administrativo y social) que promueva el cambio en la Administración y la Sociedad para que no se acepte confortablemente que se actúa cuando el aparato administrativo lo permite y demande, apoyando conjuntamente que las actuaciones se produzcan cuando es necesario al servicio de la sociedad.
Se señaló en el análisis del Real Decreto Ley 36/2011, qué a pesar de su clara intención de agilizar la gestión y tramitación del plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, también se percibía y quedaba plasmado de distintas formas, la resistencia e inercia administrativa esencial. Como ejemplo, por su poca importancia en valor absoluto quedaba reflejado en el establecimiento de “silencio administrativo negativo” para el acto simple de acceder a la inscripción en un registro, en medio de un enorme número de medidas dirigidas a agilizar los procedimientos.
En esta Estrategia, se establece un sistema de Gobernanza y un proceso de organización complejo y amplio (a pesar de partir de la confirmación de que las competencias siguen en cada uno de los órganos a las que le son propias en este momento), sin que le sean asignadas ninguna específicamente.
Ha de entenderse que las limitaciones/carencia de este documento no ponen en cuestión su valor y su pertinencia, sino por el contrario, señalan donde se debe intentar mejorar para que cumplan la función de ayudar a resolver la situación actual y buscar un mejor posicionamiento para el futuro en Canarias.
Se han establecido diecinueve programas de acción, en los que se encuadran sesenta y una medidas que tratan de responder a los 81 objetivos estratégicos a satisfacer. El conjunto del documento está bien estructurado y da un análisis básicamente suficiente y completo de la realidad actual.
El trabajo relevante empieza a partir de esta aprobación que se encomienda a la estructura de Gobernanza, cuya misión llega a entenderse exclusivamente en términos de seguimiento e impulso.
En un esfuerzo de concreción, se establece un Plan de Trabajo 2021/2030 organizado como un conjunto ordenado, con la misma lógica de distribución del análisis, donde se identifican y enuncian un conjunto de ochenta actividades con las que es difícil, por no decir imposible, no estar como mínimo bastante de acuerdo con todas y cada una de ellas.
Como ejemplos, indicaremos que van desde deseos amplios e históricamente compartidos por el sector correspondiente, como el “Programa para la competitividad e innovación en acuicultura y tecnología marina” donde se plantea la realización de mejoras de los trámites administrativos, la organización y la normativa, para fomentar la inversión, o en el “Programa de desarrollo e innovación tecnológica aplicada a la economía azul”, en el que se propone la realización de una agenda estratégica de I+D+i para la Economía azul, basada en los requerimientos sociales y empresariales, junto a enfoques de particularidad absoluta, como en el “Programa de digitalización de los servicios portuarios”, donde se pretende la creación de un GIS portuario para la gestión del tráfico marítimo… o en el “Programa de la sostenibilidad de los destinos turísticos costeros”, en el eje de Fomento del patrimonio y la identidad marítima, donde se recoge un programa de valoración de la gastronomía azul y sostenible.
Es claro que la tarea inmediata y urgente es poner en operación la Estrategia, dándole herramientas de agilidad o creándolas si es necesario, para empezar a concretar en acciones específicas (donde y cuando sea posible), sin dejar de trabajar en el marco general, pero sin esperar a poner en marcha su totalidad (que sería equivalente a la parálisis), entre otras muchas razones porque la financiación necesaria no está disponible ni planificada para el total, a pesar de que algunas de las acciones ya están realizándose por parte del Gobierno con recursos existentes.
La financiación necesaria para hacer posible la Estrategia, pasa por la concertación público/privada y su incorporación en los programas nacionales y europeos de financiero tanto regulares en el Marco Financiero 21/27, como extraordinarios en el Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia, para lo que es imprescindible y urgente alinear la Estrategia Canaria en esta dirección y la elaboración de los mejores proyectos y consorcios posibles que permitan acceder con éxito.