Al cerrar un periodo de actividad, es un ejercicio de orden y aumento de la eficiencia dejar identificados, ordenados y enfocados los objetivos que han de formar parte del siguiente periodo. Este tipo de ejercicios son más o menos importantes en función de la dimensión y dificultad que tengan los propios objetivos y en Canarias, los objetivos pendientes son en general críticos y de total certeza en el caso del crecimiento azul.
Como es conocido, el término crecimiento azul con el que se denominan estas reflexiones, viene siendo sustituido con carácter general por el de economía azul, tratando de separarse de la estigmatización general que del término crecimiento económico se viene haciendo en los últimos tiempos.
Aunque no es el objeto de este texto, es imprescindible objetivar que no se puede establecer cómo certeza inequívoca que el crecimiento económico es sinónimo de deterioro, destrucción ambiental y social (como ha sucedido en el pasado), sino que se trata de sostener y reivindicar un crecimiento económico de nueva generación basado en el respeto y la restauración ambiental, de lo que se van sucediendo ejemplos espectaculares que orientan el trabajo que se debe hacer, ayudando a demostrar que es posible, aunque sin duda no fácil.
En una comunidad como Canarias, renunciar al crecimiento económico (incluido el azul) es condenar a los ciudadanos a ser miembros de una sociedad con porcentajes de pobreza de las más altos y rentas de las más bajas de España, que se perpetuarán y agravarán si no se produce el crecimiento necesario que lo impida.
En las últimas semanas, este debate se ha producido tomando como referencia al turismo, relacionando directamente su crecimiento y el incremento de visitantes con la ocupación y presión sobre las viviendas, los recursos naturales y el territorio en general (como así ha venido sucediendo históricamente). La conclusión no puede ser detener el crecimiento del sector turístico; el desafío, la dificultad y el reto está en impulsar un crecimiento potente del sector turístico diferente al tradicional. No es fácil y precisamente por ello debe ser un objetivo social concertado para un futuro mejor de la sociedad canaria.
En este contexto el crecimiento azul puede ser un elemento de ayuda, tanto para la generación de valor adicional al turismo, como para añadir diversificación en el crecimiento regional de Canarias.
En la lista prioritaria de objetivos para el próximo curso se encuentran temas que se han de impulsar y materializar lo antes posible y otros que, siendo de mayor recorrido temporal, es necesario abordar para que no se retrasen e incluso se pierdan por no haberse hecho lo necesario en el momento adecuado:
La eólica marina de forma inmediata (acompañado por otras energías marinas a más largo plazo), es una pieza clave para conseguir la cantidad de energía que permita atender el modelo energético actual de Canarias, a la vez que debe abrir nuevas posibilidades industriales. Conseguir la autonomía energética completa y como consecuencia una estabilidad básica en el futuro sistema energético de Canarias.
El retraso de la Administración estatal desborda cualquier criterio de racionalidad, está tardando más tiempo en producir la regulación necesaria después de la publicación de los POEM, que el Tribunal Supremo en resolver el conflicto planteado por el sector pesquero al propio decreto en el que se publicaron. Los “últimos rumores” indican que, el ministerio puede publicar antes de que finalice este mes de julio el decreto regulador, tras haber evaluado la información y alegaciones consecuentes al proceso de información pública realizado. Ojalá sea así y la tarea para el próximo curso consista en arrancar el proceso de desarrollo.
La acuicultura y la pesca se encuentran (a pesar de su distinta naturaleza) en circunstancias penosas, básicamente por la misma causa, absolutamente autonómica:
La pesca, por la incapacidad de abordar de forma eficiente la reglamentación y gestión (regulada por una ley de hace más de 20 años que no ha servido prácticamente desde su inicio), requiere un cambio drástico y urgente que permita conseguir la estabilidad de un sector pesquero (incluyendo y regulando la actividad de la pesca deportiva), que consiga indefectiblemente la conservación y recuperación de las especies explotadas y de los ecosistemas asociados.
En sentido contrario la acuicultura, que tiene una regulación reciente del 2018 igualmente inservible (Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura de Canarias PROAC), se está consiguiendo frenar y expulsar toda clase de iniciativas, haciendo imposible que el sector alcance la dimensión que las condiciones magníficas del Archipiélago tienen. Hay que poner en valor que la Administración canaria (a pesar de sus esfuerzos) no ha podido erradicarla, debido a la existencia de un núcleo resistente de empresarios que siguen creyendo que Canarias es un lugar único para el desarrollo de la acuicultura de aguas templadas.
Puertos offshore. El desarrollo de las actividades offshore se está planteado de forma inequívoca como actividad medioambiental sostenible para resolver necesidades globales como las energéticas de generación y almacenamiento o las de producción de proteínas… El Puerto de Las Palmas (y el de Granadilla según se termine de orientar), tienen posición y capacidad para situarse con ventaja en este tipo de actividades internacionales (teniendo en cuenta que un pequeño % del total es una gran cantidad en valor absoluto).
El Puerto de Las Palmas ha venido actuando de forma ineficiente en su planteamiento, evidenciado claramente en el hecho de que el concurso convocado en su momento, para habilitar espacios dedicados al desarrollo de la eólica offshore, quedó desierto; es claro que no se debe errar en el próximo paso (sería catastrófico volver a un proceso inútil), por ello es imprescindible estudiar y contrastar con la realidad, para asegurar su incorporación lo antes posible al contexto internacional.
El objetivo 30/30 en el espacio marino en torno a Canarias (que debemos recordar es de dimensión similar al territorio continental español), es un compromiso que tiene beneficio, ya que la buena conservación de ese enorme espacio apoya la propia del Archipiélago y ayuda a dar curso a la responsabilidad que el efecto del Archipiélago tiene/tendrá sobre el sistema global.
Las consecuencias que el sistema global tendrá sobre el Archipiélago deben ser asumidas directamente y no se pueden poner exclusivamente en manos de terceros, decisiones cómo: las de crear un observatorio meteorológico en IZAÑA, AEMET (con más de 100 años de operación) o un observatorio marino 60Km al norte de Gran Canaria, PLOCAN (en operación hace más de 25), que permiten a los modelos predictivos globales ajustarse mucho mejor a la realidad del Archipiélago.
Estas tareas esenciales (acompañadas de otras de menor dimensión, pero de importancia), tienen que ser objeto de atención y dedicación de forma continuada y específicamente desde el reinicio de la actividad regular. El tiempo no es una variable neutra, por el contrario, hace más difícil (o impide), el avance necesario.