Ciencia Básica-Ciencia Aplicada.

Canarias7

La integración del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El Ministro de Ciencia e Innovación, tras el Consejo de Ministros del día 30 de marzo, anunció dos acciones, de naturaleza distinta, pero relevantes para el Sistema de Ciencia y Tecnología español. La primera, es la presentación del Anteproyecto de Ley por el que se modificará en su caso la Ley de la Ciencia la Tecnología y la Innovación y la segunda (a la que dedicó aproximadamente 3 minutos de los 21 que duró su intervención) fue el anuncio del Real Decreto 202/2021 por el que se reorganizan determinados Organismos Públicos de Investigación (OPIs)  de la Administración Central del Estado. De forma simplificada supone, la integración del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria INIA, el Instituto Español de Oceanografía IEO y el Instituto Geológico y Minero de España IGME, en el Consejo Superior de Investigaciones Científica CSIC.

Habitualmente las noticias de este tipo no tienen una mayor trascendencia pública general, incluso en este caso, en el contexto de la Pandemia (que ha señalado la trascendencia de la Ciencia) no ha producido un mayor impacto, más allá de los colectivos directamente afectados (es verdad que “el Martes Santo» no es el mejor momento del año para captar atención).

A la reforma de la Ley de la Ciencia, que tiene un trámite temporalmente largo, tendremos oportunidad de hacer el análisis que sin duda merece. Hoy aquí fijaremos la atención en el  Decreto y dentro de él específicamente, en el contexto del Crecimiento Azul, a la integración del IEO en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Es importante recordar que en el contexto científico técnico el significado de las palabras y los conceptos que representan, se prestan a usos que generan más confusión que claridad. La OCDE viene editando, desde los años sesenta del siglo pasado, el conocido Manual de Frascati, que es la referencia de consenso de los conceptos en el que se basan los datos y estadísticas internacionales sobre Ciencia y Tecnología (la última edición en español realizada por la FECYT tiene 447 páginas).

A los efectos de este artículo, una drástica simplificación que puede ayudar entender los argumentos que se exponen es: La Ciencia Básica tiene como objetivo central la generación de nuevo conocimiento científico para la humanidad y la Ciencia Aplicada tiene como fin general el bienestar y el crecimiento económico de la sociedad (con los adjetivos que correspondan en cada caso, medioambientalmente sostenible, equitativo, solidario, etc…).

El IEO con sus más de 100 años de historia ha sido el instrumento básico en el sostenimiento científico de las pesquerías, tanto en aguas nacionales como internacionales y de forma particular desde la entrada de España en la Unión Europea, por tanto, en la Política Pesquera Común, dando apoyo a la Administración y a las distintas flotas. El Decreto hace varias referencias a que, a pesar de la integración, se mantendrá y se potenciará este papel, sin duda es un desafío de la máxima trascendencia, que no será fácil de conseguir, cómo han manifestado claramente representantes tanto de la plantilla de trabajadores del IEO como de las patronales pesqueras españolas.

Desde el punto de vista científico unos días antes de la publicación del Decreto, Carlos Duarte y Uxio Labarta, dos experimentados miembros de la comunidad científica marina española, participes del grupo de 10 expertos convocados por el Ministerio para elaborar un documento de diagnóstico y propuestas de actuación, corrección e impulso de la situación del IEO, que reflejando un amplio estado de opinión, se han quejado públicamente de que el Decreto producirá una mejoría necesaria pero insuficiente y poco innovadora.

Por otro lado, habiéndose anunciado el Decreto el mismo día que la reforma de la Ley de la Ciencia, cabe preguntarse porque no se trató de incluir este proceso de integración en ella. La Ley sin duda sería un marco más amplio y acomodable que haría posible soluciones más completas y por tanto, probablemente más consistente en el futuro.

El propio Decreto señala como finalidad: «la coordinación de las políticas de investigación científica y técnica en la Administración Central del Estado, potenciando su fortalecimiento institucional y garantizando la actuación coordinada y la colaboración entre los agentes públicos del Sistema Español de Ciencia Tecnología e Innovación«, lo que en definitiva es una pura reorganización administrativa, como se recoge en el propio enunciado del Decreto.

Se ha de entender y se debe potenciar que la mera reorganización administrativa debe hacer posible, en un contexto de fondos públicos muy expansivo, durante los próximos seis años, fruto de la inyección de fondos europeos (incluidos en el Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia), que se produzca un nuevo equilibrio más potente entre la Ciencia Básica y Aplicada,  como fruto de la gestión eficaz de las capacidades qué aporta el IEO a las existentes en el Consejo. La unidad Administrativa y funcional lo debe hacer posible y más fácil, mientras que en contrario, la interiorización en un único Organismo, puede distraer y dificultar la tarea. Por tanto, por encima de los instrumentos burocráticos debe prevalecer alcanzar los objetivos.

Como hemos reiterado, el Crecimiento Azul, como elemento importante de la salida de la crisis y como parte esencial del futuro más allá de ella, requiere sustentarse sobre actividades que necesitan un fuerte soporte tecnológico y requerimientos ambientales muy exigentes. La suma de los recursos científicos de los dos Organismos (CSIC e IEO) y la mejora de la eficacia en su gestión, debe ser una base importante para impulsar la Ciencia Marina tanto Básica como Aplicada.

La responsabilidad del CSIC será sin duda crítica en todo el País y está llamado a ser el núcleo integrador nacional. El peligro de la centralización y concentración es también parte de la reorganización, por ello debería poder aprovecharse las posibilidades que el Decreto da para que la representación externa en la Comisión Rectora, sirva como catalizador y tractor hacia la ciencia dedicada al bienestar de los ciudadanos y el crecimiento económico.

No puede obviarse que el IEO, dispone de un centro moderno y bien equipado, con un alto potencial de mejora que debe formar parte relevante del sistema de ciencia y tecnología, particularmente marina de Canarias. La Administración canaria debería tener una posición estable en la referida Comisión Rectora.

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