El Océano: Vida y Medios de Vida.

Canarias7

Es absolutamente común, cuando se inicia cualquier reflexión sobre la importancia que los mares y océanos tienen para la humanidad, se haga con una referencia a su magnitud y sus dimensiones: El océano ocupa el 70% de la superficie del Planeta, su profundidad media está en torno a los 4.000m, mucho mayor que la altura media de la superficie emergida y sus máximas profundidades (la Fosa de las Marianas, 11.034m) superan  en  2.000m a las montañas más altas de la tierra (Everest, 8.849m).

La necesidad de esta reiteración, se deriva seguramente por la carencia de percepción directa que tienen los ciudadanos de sus dimensiones y accesibilidad. Se pueden sobrevolar los océanos en pocas horas y las personas que han alcanzado los 100m de profundidad son muchísimas menos  que los miles que han llegado a las cimas más altas de las montañas terrestres.

Si estas dimensiones y dificultades de acceso tienen como consecuencia un nivel de desconocimiento publico consistente y de difícil superación, el cúmulo de posibilidades y necesidades de la Sociedad Global a las que el océano tendrá que dar solución total o contribución de la mayor importancia resultan, si cabe, de mayor dificultad de entendimiento

Esta es una de las razones que conducen a la aparente inevitable paradoja que se plantea entre las necesidades de uso y de conservación del océano. Aunque probablemente no sea objeto de acuerdo global, la paradoja “no existe”, en tanto en cuanto, el uso del océano para soportar necesidades de la humanidad no tiene alternativa, El océano es imprescindible e inevitable parte del futuro de la sostenibilidad de la población del Planeta.

Las Naciones Unidas han identificado esta idea como elemento central para el Día Mundial de los Océanos (8 de junio 2021), el título de este artículo «El océano: Vida y Medios de Vida», centra la cuestión en los únicos términos posibles: Hay que preservar el océano (“Vida”) y utilizar el medio marino (“Medios de Vida”) como una única tarea, de forma que no es posible plantearse la una sin la otra.

Este enfoque tiene un problema intrínseco, es difícil y caro, por lo que conduce a dos posiciones extremas, la que trata de soslayar en mayor o menor medida los costes que su aprovechamiento implica y los que, ante el temor (fundado) de que no será posible controlar que los mismos se hagan con las garantías necesarias, proponen simplemente, la inacción o las moratorias más o menos indefinidas.

Sin embargo, continuamente se presentan ejemplos que, observados con atención, muestran elementos que usados adecuadamente deben permitir alcanzar el equilibrio necesario entre el uso y la conservación del medio, en este caso, el medio marino.

La búsqueda de soluciones a la actual Pandemia muestra uno de tales ejemplos. Después de más de un año en el que se ha producido un avance extraordinario en el desarrollo de las vacunas propias (debería hacerse en algún momento una explicación detallada y serena de su significado en relación a los problemas y capacidades de la Sociedad Global), se confronta con la realidad de la falta de fármacos capaces para su tratamiento.

Según lo publicado en los últimos meses, comienzan a conocerse algunos productos prometedores, de distinta naturaleza y enfoque, que están entrando en las últimas fases de ensayo antes de poder confirmar sus capacidades y utilidades para el tratamiento de la enfermedad en humanos, entre ellos se encuentra el medicamento denominado comercialmente Aplidin de la empresa española PharmaMar, su principio activo (la hidrodidemnina B) proviene de la Plitidpsina, cuyo origen de desarrollo es un modesto invertebrado marino (Ascidia), la “Aplidium albicans” recogida en una campaña de investigación (financiada por la propia PharmaMar) cerca de Ibiza, realizada por científicos del Centro de Estudios Avanzados de Blanes CEAB,. Esto ocurrió en octubre de 1988 (hace más de 30 años), estando formado el núcleo del equipo investigador por Xavier Turon, María Jesús Uriz y Enrique Macpherson,  que desde entonces siguen centrados en la Biodiversidad Acuática, núcleo de la Ciencia Marina Básica.

Con independencia de que el producto de lugar a un fármaco útil, el solo hecho de que se encuentre en el reducido grupo de iniciativas que pueden llegar a hacerlo, es cómo se señaló, un ejemplo del procedimiento a seguir: Junto a esta especie que hoy “puede” llegar a ser un producto industrial de gran valor, en la campaña de investigación donde se encontró la Ascidia, se obtuvieron centenares de ejemplares de otras especies, que sin duda están ayudando, junto con otras miles, a un mejor conocimiento del medio marino y sus ecosistemas y por tanto aumentar la capacidad de su gestión sostenible.

En este caso la investigación básica y la aplicada comparten intereses y acuerdan desarrollarse de forma armónica, lo que es una aproximación óptima, pero que no es la más frecuente, salvando todo lo que el ejemplo tiene de particular, queda lo que debe ser esencial para que el Crecimiento Azul (intrínsecamente sostenible) haga posible dar respuestas a las imprescindibles necesidades de la sociedad:

Recursos, la investigación marina es muy cara en valor absoluto y relativo, por lo que es esencial la convergencia de recursos públicos y privados con enfoque amplio que hagan compatibles, espacio-temporal y temáticamente coincidentes, los intereses que magnifiquen en el rendimiento de la investigación.

La Dimensión del espacio económico en que se ha de hacer, que es básicamente internacional, a pesar de la importancia local de muchas de las actividades, que son condicionadas y repercuten, en y por, decisiones internacionales de gran dinamismo.

Gobierno Eficiente, con pequeños matices nacionales, el espacio marino es básicamente de gestión pública, por lo que son las Administraciones correspondientes las que tienen que fijar con la mayor claridad y anticipación posible cuáles son sus fines y estrategias.

Flexibilidad, la naturaleza pública de los bienes a gestionar, y de las Administraciones responsables de hacerlo, introducen rigidez e ineficacia que pueden llegar a tener dimensiones imprevisibles y consecuencias absolutamente contrarias a los fines para lo que se han establecido, por ello es imprescindible establecer mecanismos que lo impidan.

Colaboración Público Privada, estableciendo procedimientos amplios, transparentes, simples y ágiles para poder articular, en la medida y circunstancias que sean necesarios,  los espacios de encuentro decisión y cooperación más eficiente.

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