En inglés, European Digital Twin of the Ocean DTO (Gemelo Digital Europeo del Océano, GDO), es una iniciativa desarrollada en el marco del Programa Digital Europeo de la Unión y su objetivo principal es: “proporcionar una representación virtual avanzada del océano combinando datos en tiempo real con el modelado, inteligencia artificial y simulaciones, todo ello para apoyar la sostenibilidad y la gestión efectiva de los recursos marinos”.
El Gemelo servirá para mejorar la comprensión de los océanos, mares y costas europeas; apoyar la política marítima de la UE (incluido en la implementación del Pacto Verde Europeo); ayudar en la toma de decisiones en sectores clave como pesca, energía marina, gestión de desastres, conservación de la biodiversidad y proveer herramientas para prever los impactos del cambio climático en los océanos. Formando parte de la estrategia de la Misión Europea para Restaurar nuestros Océanos y Aguas en 2030 (EU Mission: Restore Our Ocean and Waters by 2030), como compromiso para regenerar los ecosistemas marinos, reducir la contaminación por plásticos y aumentar las áreas marinas protegidas.
La estrategia de procedimiento de desarrollo del GDO europeo está planteada para que se construya mediante:
“Datos en tiempo real” provenientes de observaciones satelitales, de sensores en boyas y mediciones in situ, aprovechando al máximo las fuentes de datos existentes tanto europeas como internacionales.
“Modelado oceanográfico” que integre simulaciones avanzadas para predecir fenómenos como corrientes, mareas, temperatura del agua y acidificación.
“Inteligencia Artificial” que permita analizar grandes volúmenes de datos para detectar patrones y ofrecer predicciones más precisas.
“Simulaciones Interactivas” que permitan a los usuarios probar escenarios de «qué pasaría si» relacionados con políticas ambientales o fenómenos naturales.
Teniendo como objetivos muy concretos la utilidad en la gestión de recursos pesqueros y energéticos para optimizar su uso sostenible y la respuesta a desastres, mejorando la preparación frente a inundaciones, tsunamis y marejadas ciclónicas.
Lo que debe conseguirse con:
La integración de múltiples fuentes de datos (europeos e internacionales) para lo que hace falta garantizar la interoperabilidad entre plataformas, modelos y la escalabilidad para abordar por primera vez desde Europa el océano global, asegurando la accesibilidad para distintos tipos de usuarios.
La educación e investigación, para facilitar la comprensión de procesos oceánicos y su impacto global y la innovación tecnológica como soporte del impulso al desarrollo de herramientas y tecnologías para la observación ambiental.
Todo ello con la finalidad última de que sea la herramienta básica en temas del océano para políticos y legisladores, investigadores científicos, organizaciones ambientales, industrias marítimas (pesca, transporte, energía) y para los ciudadanos interesados en el entendimiento de los océanos.
El desarrollo concreto del GDO de la Unión Europea se inició con la presentación de este por la presidenta de la Comisión (febrero de 2022), como parte del Programa Destino la Tierra y se ha venido concretando en acciones como el lanzamiento de modelos iniciales para replicar pequeñas áreas marinas con tecnologías avanzadas de modelado y análisis de datos, que están sirviendo para probar capacidades concretas como el rastreo de plásticos marinos y la simulación de procesos naturales.
En el pasado año 2023, se presentó la entrada en funcionamiento del primer prototipo funcional del GDO que incluye herramientas para simular la dispersión de especies marinas, el impacto de olas de calor en el océano y proporcionar datos en tiempo casi real para la gestión de recursos y la prevención de desastres naturales. Los recursos asignados están entorno a los 15M€ anuales hasta 2030, que podrían parecer reducidos con relación a la ambición de los objetivos planteados, pero que toman un valor mayor dado que el enfoque de su desarrollo es aprovechar recursos europeos e internacionales ya existentes y financiados.
Esta iniciativa de la Comisión y la confirmación de su desarrollo continuado e intenso, son un elemento más de la inexcusable necesidad de aprovechamiento del océano mundial para satisfacer los requerimientos de la sociedad del futuro y que esto se haga con la obligación (también inexcusable) de su conservación medioambiental.
Además, la dimensión del océano y el hecho de que una parte sustancial del mismo es de titularidad común (fuera de la soberanía nacional), confiere un elemento diferencial específico y de gran dimensión respecto al aprovechamiento histórico de los recursos en los espacios emergidos.
Estas evidencias diferenciales, unidas a la constatación de que según aumenta la exigencia y el conocimiento de las actividades que se desarrollan en el medio marino, resulta más claro que (partiendo de la experiencia en tierra) es necesario un enfoque distinto y específico para soportarlas y hacerlas posibles en el océano, donde herramientas como el GDO europeo van a ser útiles y diferenciales.
Como comentario continuado desde estas reflexiones, es imprescindible señalar que cada uno de los elementos que van apareciendo (tanto como desarrollo de capacidades y potencialidades conocidas, como las que surgen nuevas), son en sí mismas un conjunto de oportunidades abiertas en mayor o menor medida a la participación (que va a depender de la decisión y el esfuerzo que hagan cada una de “las partes interesadas”), desde los individuos a los Estados, para tomar parte de forma directa, poner en valor y radicar el desarrollo que el aprovechamiento y conservación del océano está generando de forma acelerada.
Es importante resaltar que el crecimiento económico que es necesario para alcanzar el desafío de atender las necesidades sociales del futuro se va a radicar en tierra, tanto los lugares donde se radique la toma de decisiones, como donde se ubiquen los recursos necesarios para su desarrollo.
El componente de toma de decisiones está determinado por los mismos condicionantes socioeconómicos y políticos que la actividad en tierra, pero la ubicación de los centros específicos de gestión y soporte de las actividades en el océano tienen además condicionantes concretos de buenas ubicaciones en los que los territorios costeros y las islas tienen potencialidades diferenciales, pero que evidentemente a la “buena” ubicación física se ha de añadir la voluntad determinada y el esfuerzo para concretarla en escenarios de fuerte competencia internacional.
Esto es de aplicación directa a Canarias, encaja y debe ser parte de lo que la Estrategia Canaria de Economía Azul tenga como objetivo, considerando claramente que la participación en la Economía Azul se hace posible encontrando y definiendo los diferenciales que materialicen las ventajas competitivas, tanto de los lugares como de las personas e instituciones públicas y privadas, tomando las decesiones efectivas desde la formación de las personas hasta el desarrollo de infraestructuras, todo ello en un marco de concertación público-privado ágil eficiente.