El Consejo de Ministros del pasado 10 de diciembre aprobó la Hoja de Ruta para el Desarrollo de la Eólica Marina y de las Energías del Mar en España, señalando literalmente en el primer párrafo de su texto: «La energía de origen marino, la denominada «energía azul», es una de las palancas para la transformación energética a medio y largo plazo a nivel nacional, europeo y global, a la vez que una oportunidad industrial económica y social para nuestro país, de forma coherente y compatibles con la protección de los valores ambientales y el resto de usos y actividades del entorno marino”. Lo que siendo cierto en valor absoluto para el conjunto del Estado toma un valor especial y específico en Canarias (recogido especifica y explícitamente en el propio documento), al señalar en una medida concreta (la 3.6): «Desarrollo temprano del despliegue de la eólica marina en las Islas Canarias «.
Con carácter general, la Hoja de Ruta se fija un cuádruple objetivo para el país (de forma resumida):
Establecerse cómo polo de referencia europeo para el desarrollo tecnológico y de I+D+i en este campo.
Ser un referente europeo en capacidades industriales para esta actividad.
La sostenibilidad como pilar central del proceso total, imbricando directamente la sostenibilidad en el desarrollo tecnológico y el despliegue de las energías renovables marinas.
Despliegue ordenado de todas las tecnologías necesarias para el aprovechamiento de la Energía Azul, que permita alcanzar los objetivos específicos (1-3 GW de energía eólica marina y de 40-60 MW de energía del mar), en el primer horizonte estratégico europeo del año 2030.
Se culmina así el proceso formal iniciado con el sometimiento del borrador de este documento a consulta pública entre el 7 de julio y el 6 de agosto de este año, completando el proceso en 5 meses que se puede considerar ágil para los plazos administrativos en general.
El desarrollo se estructura en 23 medidas agrupadas en cuatro líneas de acción que el propio documento señala: «Son medidas genéricas cuyo desarrollo en detalle se desplazará a la propia implementación de la medida», por lo que es evidente que esta aprobación es el punto de arranque del conjunto de procesos necesarios para conseguir los fines establecidos, así como que las medidas son de naturaleza muy distinta, de grado de ejecución, de complejidad de gran variabilidad y de consecuencias de impacto, condicionados por los contenidos y plazos que se emplean para su consecución.
La mayor parte de las medidas propuestas (19) pueden considerarse en sentido general de «Fomento» en cuanto que según se definan y se ejecuten impulsarán en mayor o menor medida la consecución de los objetivos (lo que queda bien plasmado en las horquillas del 30% establecidas en los objetivos cuantitativos de instalación, en un plazo de 9 años).
Las cuatro medidas restantes, deben considerarse críticas para la finalidad a la que se dirigen y por su influencia en el conjunto. El documento las identifica y sitúa en el bloque 3, que se denomina: «marco claro y previsible para el despliegue de la generación renovable marina” lo que sin duda es importante.
Así, la medida 3.4 pretende la adecuación del marco administrativo de autorización de instalación de las renovables marinas (el problema de mayor repercusión para la consecución de los objetivos). Tanto la duración, la incertidumbre, la falta de certeza en los criterios y de sincronía y secuencia necesarias que, de no ser adecuadas hacen inviables los proyectos (como ha sucedido hasta ahora). Sería de gran utilidad imitar las buenas prácticas consolidadas en algunos países del entorno, ya que han sido y están siendo utilizadas con éxito por iniciativas españolas cuyos agentes promotores no han conseguido desarrollar ninguna de la misma naturaleza aquí.
La definición y aprobación en los Planes de Ordenación (POEM) de la zonificación para el desarrollo de los parques eólicos marinos «debería ser inminente”, lo que resolvería el freno temporal que supone que no estén vigentes y las dudas sobre la concreción final de su contenido.
La coordinación del marco de acceso y conexión y nuevos modelos de conexión de las redes, son una necesidad crítica general, que en Canarias presenta la singularidad de las competencias autonómicas de planificación eléctrica en tierra, en paralelo a las que conserva el Estado para la planificación en el medio marino (a pesar de las competencias adicionales incluidas en la última modificación del Estatuto de Autonomía Canarias). Esta situación añade complejidad a la gestión pero debe ser abordada como una oportunidad para la cooperación en el impulso y simplificación de los planteamientos.
Esta cooperación en la que se debe incluir a los Cabildos en su espacio insular específico, debe verse no solo con la perspectiva evidente de lo que estas energías nuevas en el mix aportaran a la transformación energética a medio y largo plazo (como se indica explícitamente en el párrafo inicial del texto de esta orden), sino como también se indica a continuación en el mismo párrafo: «Cómo oportunidad industrial, económica y social para el país (lo que será determinante para el futuro de Canarias). En este caso, sin duda, se hace imprescindible la cooperación interadministrativa (siempre deseable a la vez que difícil de alcanzar).
Asimismo, y de forma concurrente, la decisión de hacer el desarrollo temprano del despliegue de la eólica marina en Canarias hace aún más necesaria la mejor coordinación, que dado los plazos para la materialización de los fondos del PRTR se transforma en necesidad de máxima urgencia.
En esta misma dirección de utilidad para Canarias, se han de situar las medidas encaminadas al desarrollo y refuerzo de las plataformas de ensayo, los programas de desarrollo tecnológico y la mejora del conocimiento del medio marino, con atención particular al marco (plug-and-play) para la sustitución de prototipos experimentales en las plataforma de ensayo de energías renovables marinas, que es urgente para los dos bancos de ensayo españoles operativos y capaces de aportar valor de forma inmediata BIMEP y PLOCAN.
La coincidencia temporal del desarrollo tecnológico y necesidad global de la Energía Azul, la decisión de que sea uno de los ejes de desarrollo socioeconómico y de liderazgo europeo, la evidencia de las limitaciones y fragilidad del sistema económico del Archipiélago, la abundancia y calidad de los recursos naturales que las hacen posible, la madurez y capacidad de los sistemas académico, científico técnico, económico empresarial y la disponibilidad de abundantes recursos públicos tractores para impulsar la salida de la crisis, señalan este momento como crítico para el futuro de Canarias y la enorme responsabilidad histórica de no aprovecharlos adecuadamente.