Las Islas y el “Nuevo” Transporte Marítimo

Canarias7

La característica principal que condiciona los sistemas económicos de las islas, es la imposibilidad del transporte terrestre para resolver la mayor parte de las necesidades de sus comunidades, cómo es posible en los espacios continentales o islas muy grandes. El impacto económico de esta característica se incrementa con el aumento de la distancia entre el continente y cada isla. Esta realidad no tiene referencia explícita en el documento básico que recoge la “Estrategia de movilidad sostenible e inteligente de Europa”, en este texto no aparece, como ha sucedido en otras estrategias semejantes, la referencia específica a las Regiones Ultraperiféricas, a pesar de la extraordinaria importancia intrínseca del transporte para ellas, lo que requerirá una atención constante a lo largo de su desarrollo para aprovechar las ventajas que generará y en su caso minimizar peligros y daños.

En el primer párrafo de la COM (2020) 789 final, se establece la visión europea común concertada que inspira la estrategia:

“La movilidad y el transporte son importantes para todos nosotros. Ya sea para desplazarnos diariamente al lugar de trabajo, para visitar a familiares y amigos, para hacer turismo, o incluso para el buen funcionamiento de las cadenas de suministros mundiales que abastecen nuestras tiendas y nuestra producción industrial, la movilidad es un factor que posibilita a nuestra vida económica y social punto la libre circulación de personas y mercancías a través de sus fronteras interiores es una libertad fundamental de la Unión Europea y su mercado único. Los viajes dentro de la Unión Europea han propiciado una mayor cohesión y han fortalecido la identidad europea. El sector del transporte, qué es el segundo mayor ámbito de gasto para los hogares europeos, aporta un 5% al PIB europeo y emplea directamente a unos diez millones de trabajadores”.

Es obvio que las islas están incluidas y concernidas en esta visión y también, pero sin referencia específica, es necesario participar activamente en su desarrollo, tratando de materializar al máximo las posibilidades que ofrece para Canarias en general y el Crecimiento Azul en particular.

La mayor parte y atención de la Estrategia se centra en el transporte terrestre, dónde se trata de potenciar y acelerar un camino claramente marcado y ya iniciado, mientras que para los transportes aéreo y marítimo, constata: El continuo crecimiento de su impacto ambiental en los últimos años, la inexistencia de soluciones comerciales actuales para ambos transportes y el marco claramente internacional en el que se han de producir los cambios necesarios, asumiendo en este caso qué será en los marcos de la Organizaciones Internacionales de la Aviación Civil (OIAC) y  de la Organización Marítima Internacional (OMI) dónde se tendrán que impulsar y promover las iniciativas necesarias para poder tratar de conseguir los exigentes compromisos europeos para 2030 y 2050.

Es importante tener en cuenta que en el transporte de y hacia las RUPs, equivalente al terrestre en el continente, se distribuye en dos partes prácticamente al 100%, el de personas en el transporte aéreo y el de mercancías en el transporte marítimo (cada vez hay menos dudas teóricas a que el transporte aéreo en, a y desde las islas tiene que ser considerado en el ámbito de la Economía Azul y debe ser incluido en los análisis económicos junto con el marítimo). Prestaremos aquí (de momento) atención solo algunas de las oportunidades que se pueden abrir en Canarias en el desarrollo de esta Estrategia.

El documento señala como objetivo que los puertos deben convertirse en nodos de Movilidad y Transporte Multimodal (en la combinación pertinente) sin emisiones y limpios, para lo que habrá que incentivar el despliegue de combustibles renovables e hipocarbónicos dedicados al abastecimiento de los buques, incluyendo los periodos de estacionamiento, lo que hará necesario aumentar la inversión público-privada para incrementar la producción local de energías renovables.

Las posibilidades que este contexto abre a los puertos en Canarias son enormes, algunas de forma individual se van a producir, sin ninguna duda, pero la gran oportunidad esta en establecer planes que hagan posible, que además de las evidentes y claras (frutos de la ubicación ventajosa), se produzcan  aquellas otras que pueden aportar sinergias competitivas y mayor valor local.

La Directiva recoge una referencia clara, con  objetivos cuantitativos establecidos para lo que se ha venido en denominar “Transporte Marítimo de Corta Distancia”, al que se le fijan como meta aumentar un 25% hasta el 2030 y el 50% en 2050. Se pretende de este modo traspasar una parte significativa del tráfico de mercancías por carretera al tráfico marítimo, será un tráfico marítimo sustancialmente tecnificado con embarcaciones distintas, especialmente diseñadas para esta finalidad, altamente automatizadas, con gobierno autónomo y/o transitoriamente remoto.

Este tipo de flota emergente,  ofrece la oportunidad de contribuir a mejorar el tráfico en los ejes Norte Sur tanto de Tenerife como Gran Canaria, en una versión que podría denominarse “Transporte Marítimo de Muy Corta Distancia” pero que de realizarse entre puertos de la misma autoridad, Santa Cruz/Granadilla y/o Las Palmas/Arinaga y en las condiciones insulares pueden ser prototipos de gran interés interés general, con enorme valor local.

La Estrategia señala también que los buques oceánicos de cero emisiones, deberán estar listos para su comercialización en 2030, por lo que se desprende y así es recogido, que será necesario que la inversión ayude a financiar la modernización para que se desplieguen opciones tecnológicas de baja y cero emisiones, mediante la adaptación/renovación adecuada de los sistemas conocidos. Las flotas existentes y que seguirán poniéndose en operación hasta que haya una oferta de propulsión que cumpla con los objetivos, necesitarán su adaptación para mejorar sus prestaciones climáticas, abriendo un mercado de enorme dimensión a las transformaciones y adaptaciones de los sistemas instalados en la flota actual que es sin duda una oportunidad para la industria naval canaria.

La dificultad y el coste del trasporte para las islas ha sido históricamente una de las claves principales que ha configurado la realidad socioeconómica y de vida de sus habitantes, mucho se ha avanzado en los últimos años, pero sin duda las próximas décadas cambiaran sustancialmente la realidad conocida. Este cambio, puede además ser parte de la nueva realidad económica del Archipiélago contribuyendo de forma significativa a su crecimiento y empleo, lo que podrá apoyarse en el esfuerzo y soporte europeo a la salida de la crisis. Es la primera gran oportunidad para impulsar  un plan estratégico canario, con una fuerte componente de cooperación público-privada, que lo haga posible.

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