Crown State Scotland, publicó el 17 de enero el resultado del proceso (después de 10 años), de la primera ronda asignación de lugares para la instalación de generadores de energía eólica. Las consecuencias son espectaculares para los escoceses; les permite contribuir de forma significativa a la reducción de gases de efecto invernadero y son un impulso a su desarrollo económico y social.
Haciendo posible un conjunto muy potente de proyectos desde todos los puntos de vista, especialmente ambiental ya que los lugares seleccionados para las instalaciones han sido propuestos por el Ente Público escocés responsable (después de un riguroso proceso de selección), teniendo en cuenta los requerimientos de la buena conservación y estableciendo los mecanismos de control a lo largo de todo el proceso.
Por comparación con el desarrollo local, produce la frustración de confirmar que las limitaciones y retrasos que en España se generalizan, hasta llegar a hacer imposible el aprovechamiento de la oportunidad que suponen las energías renovables azules, son consecuencia, en resumen, de la falta decisión concreta y firme.
En esta primera ronda se seleccionaron 17 proyectos de un total de 74 solicitudes, que afectan a 7.000 km2 de superficie marina y que han generado 700 millones de libras de ingresos iniciales para las arcas públicas escocesas. Desde el punto de vista energético, la potencia prevista son 24.826 MW de los cuales 14.976 son de eólica flotante. Esta cantidad promovida excede las necesidades previstas de Escocia para los próximos años, facilitando alcanzar su neutralidad energética de forma más rápida y aportar una actividad económica creciente generadora de empleo de calidad.
El 27 de este mismo mes de enero, el Instituto Brasilero do Meio Ambiente e dos Recursos Naturales Renovables, informó que, a la fecha se habían alcanzado proyectos de generación eólica en el mar hasta una cantidad de 80 GB, lo que ha supuesto un enorme incremento respecto a los 42 GB contabilizados en julio de 2021, esta potencia es casi cuatro veces la capacidad de los proyectos terrestres. La iniciativa ha sido regulada específicamente en el contexto marino y se distribuyen ampliamente por 6 estados del país.
Finalmente en esta secuencia, el 30 de enero de este mismo año la Agencia Federal Marítima e Hidrográfica de Alemania (BSH) ha aprobado tres áreas del Mar del Norte (en su ZEE) en las que se podrán desarrollar 1.880 MW de capacidad eólica marina. Esta cantidad es adicional a los 7,8 GB instalados que ya suponen que Alemania ocupe el tercer lugar mundial tras China y el Reino Unido.
Las diferentes acciones señaladas ocurridas en el pasado mes de enero, no son el resultado de una revisión exhaustiva en el ámbito internacional, sino del flujo continuo y regular de información y noticias resultado del enorme y generalizado esfuerzo que produce un flujo de información prácticamente constante, que refleja sin duda, la necesidad de acelerar la utilización de las capacidades y potencialidades de las energías azules, si se quiere (al menos), tratar de conseguir los objetivos climáticos globales, simplificados en la reducción del calentamiento del planeta en el límite de 1,5º C en este siglo.
Consideraremos algunas características significativas de las tres informaciones
En el caso de Escocia la gestión completa del proceso de habilitación y asignación se realiza a través del Crown State. Ente “muy curioso” que es la administración de bienes y derechos de la Corona en beneficio de la comunidad. Además, ha sido objeto de un proceso de descentralización por transferencia de las competencias del nivel nacional a Escocia (en este caso en 2017), en un contexto de tensiones generales y ambientales importantes.
La información de Brasil, muestra un proceso que puede estar facilitado por una Administración federal poco sensible a las limitaciones ambientales, pero que a su vez puede estar retenida o impulsada adicionalmente desde los espacios políticos y administrativos propios de cada uno de los estados costeros dónde se deben implantar los parques de generación, lo que puede ser un factor determinante para entender el desigual desarrollo entre los 6 estados donde se están desarrollando las iniciativas y en relación al resto de los 17 estados costeros del país.
La información de Alemania es la muestra de un proceso continuo y ordenado que sigue ofertando espacio de implantación a la eólica marina; hace previsible a los promotores potenciales las posibilidades de desarrollo (la previsibilidad y la oferta continuada de nuevos emplazamientos son probablemente causa de la posición destacada en el ámbito internacional). Complementada con decisiones cómo la más reciente de regular la generación de hidrógeno en el mar, qué es sin duda un paso siguiente destacado en el futuro de las renovables azules y un estímulo adicional para su desarrollo.
Es muy probable que el único elemento en común que se puede encontrar entre las tres referencias citadas, es la firme voluntad de impulsar y hacer posible a la mayor brevedad la generación eléctrica desde el mar aprovechando los recursos eólicos disponible. No hay fórmula completa que sea traspasable de unos países a otros, cada uno tiene que adaptar la versión propia que lo haga posible.
La Administración española tiene como características: La lentitud superlativa en sus procedimientos de toma de decisiones (cuando implica relación público privada es más difícil en general, cuando no imposible) y más cuando están envueltos fondo económico y un control basado en la sospecha, en la formalidad procedimental y no en los objetivos.
Se debería tener en cuenta que uno de los elementos claves de la lentitud de la Administración es la falta de recursos para esta compleja tarea, que en este caso podría verse subsanada con recursos directos generados, como en el caso de Escocia (700 M£), por el propio proceso.
Por todo ello el desarrollo de las renovables azules en territorio nacional hasta día de hoy es prácticamente nulo (solo una máquina de 5 MW en Canarias) por lo que, si no se toman medidas más enérgicas que las conocidas hasta ahora, probablemente se perderá la oportunidad de radicar en España un tejido industrial potente y de referencia internacional, que a pesar de las circunstancias y limitaciones nacionales, las empresas españolas están compitiendo con éxito (en la resolución escocesa hay dos que participan en tres proyectos cada una).
Obviamente, la consecuencia es que a la velocidad que se produce el avance de la implementación en España, será difícil cumplir los compromisos climáticos propios y contribuir a los globales.
Tampoco se puede obviar que las renovables marinas son además una de las pocas oportunidades conocidas para ayudar a la diversificación, crecimiento económico y a la creación de empleo de calidad en Canarias.